26/07/2020, 01:06
Hanabi se giró a Reiji, dispuesto a reprenderlo. Pero ya se había ido.
—¡Maldita sea, Reiji! —¿Por qué había tenido que decir aquello en voz tan alta? ¿Por qué había tenido miedo de Amedama Daruu, si de momento eran sus propios shinobi los que más desafiaban a Kintsugi?
»¡Kintsugi-dono! ¡Le pido disculpas! ¡A veces la juventud nos hace ser imprudentes y tener la lengua muy larga! Y no le quepa duda que agradezco su ayuda hoy aquí. Pese a las diferencias.
—¡Maldita sea, Reiji! —¿Por qué había tenido que decir aquello en voz tan alta? ¿Por qué había tenido miedo de Amedama Daruu, si de momento eran sus propios shinobi los que más desafiaban a Kintsugi?
»¡Kintsugi-dono! ¡Le pido disculpas! ¡A veces la juventud nos hace ser imprudentes y tener la lengua muy larga! Y no le quepa duda que agradezco su ayuda hoy aquí. Pese a las diferencias.