18/07/2020, 21:53
El mejor acero de uzushiogakure. Que digo uzushiogakure, el mejor acero de todo Oonindo. Las mejores espadas, los mejores kunais, las herramientas de más alta calidad. Las protecciones más seguras. El Acero de los Sasaki era el mejor.
La mejor espada jamás forjada. Hecha solo para que, el único capaz de manejarla con destreza fuese yo. Un regalo de un padre a su hijo el día de su graduación. No cualquier regalo, no. Su obra maestra. El alama del herrero hecha espada. Tsubame.
—¿Por qué?
Fueron las únicas palabras que fui capaz de articular, con voz quebadra, tras el golpe. Algunos pensarían que, acabar con lo que finalmente resultó ser un clon, había sido una victoria, y, era posible que lo fuese. Pero no para mí.
Miré la empuñadura de Tsubame. Donde antes estaba la hoja mas fuerte y más hermosa forjada por mí padre, ahora solo quedaba un trozo de metal inservible. Irreparable.¿Irreparable? Que palabra más cruel para un herrero. Sin embargo aquella hoja ya no tenía salvación. Lo sabía, por mucho que mi cabeza quisiera negarlo, mi yo herrero sabía la verdad. Tsubame jamás volveria a ver un campo de batalla.
—¿Por qué?
Si de verdad fuese un Jinchuriki, ese hubiese sido el momento en el que hubiera perdido el control. A la Morikage le hubiese encantado, claro, la excusa perfecta para reforzar sus argumentos antibijuu. Por desgracia para ella, eso no iba a suceder.
—¿Por qué?
Ni siquiera escuché la voz del dragón que acaba de aterrizar en el centro del estadio, pero aquello salió de mí justo después de que él hablase, y parecía que le había contestado. Tampoco escuché la réplica de Hanabi, estaba absorto en lo que acababa de sucederme.
¿Acaso el acero de los Sasaki no era tan bueno como me gustaba proclamar?
Mentira.
Mentira.Mentira.
Mentira.Mentira.Mentira.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.
Y si era mentira que el Acero de los Sasaki no era el mejor, entonces...
—¿Por qué?
La mejor espada jamás forjada. Hecha solo para que, el único capaz de manejarla con destreza fuese yo. Un regalo de un padre a su hijo el día de su graduación. No cualquier regalo, no. Su obra maestra. El alama del herrero hecha espada. Tsubame.
—¿Por qué?
Fueron las únicas palabras que fui capaz de articular, con voz quebadra, tras el golpe. Algunos pensarían que, acabar con lo que finalmente resultó ser un clon, había sido una victoria, y, era posible que lo fuese. Pero no para mí.
Miré la empuñadura de Tsubame. Donde antes estaba la hoja mas fuerte y más hermosa forjada por mí padre, ahora solo quedaba un trozo de metal inservible. Irreparable.¿Irreparable? Que palabra más cruel para un herrero. Sin embargo aquella hoja ya no tenía salvación. Lo sabía, por mucho que mi cabeza quisiera negarlo, mi yo herrero sabía la verdad. Tsubame jamás volveria a ver un campo de batalla.
—¿Por qué?
Si de verdad fuese un Jinchuriki, ese hubiese sido el momento en el que hubiera perdido el control. A la Morikage le hubiese encantado, claro, la excusa perfecta para reforzar sus argumentos antibijuu. Por desgracia para ella, eso no iba a suceder.
—¿Por qué?
Ni siquiera escuché la voz del dragón que acaba de aterrizar en el centro del estadio, pero aquello salió de mí justo después de que él hablase, y parecía que le había contestado. Tampoco escuché la réplica de Hanabi, estaba absorto en lo que acababa de sucederme.
¿Acaso el acero de los Sasaki no era tan bueno como me gustaba proclamar?
Mentira.
Mentira.Mentira.
Mentira.Mentira.Mentira.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.MENTIRA.
Y si era mentira que el Acero de los Sasaki no era el mejor, entonces...
—¿Por qué?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)