30/08/2018, 19:28
No, al contrario de lo que llegó a pensar Ayame, no era cosa del Sharingan. Aquel Dōjutsu podía hacer muchas cosas, pero no materializar un ente gigante como aquel. Uno de color turquesa, como las cristalinas aguas que bañaban la Ribera del Norte. Tan solo se le veía de cintura para arriba, pero se le intuía tan coloso como el mismísimo Árbol Sagrado. Un demonio de puro músculo y fibra, con dos luceros rojos en las cuencas, una nariz puntiaguda y rasgos afilados. Dos cuernos le nacían a cada lado de la cabeza. Tenían una forma curiosa. Muy curiosa. ¿Cómo describirlo? Eran como una zeta retorcida y girada. Si alguien los plasmase en papel, uno al lado del otro, se entrevería el símbolo de una cascada.
En otro tiempo, en otra época, quizá aquel símbolo representase algo más que una simple cascada. Algo mucho más importante. Algo que nunca existió y existió al mismo tiempo.
Pero como decía, aquello no era fruto del Sharingan, sino de una versión mucho más avanzada de ésta. Datsue, en labios de Uchiha Akame, lo conoció como el Mangekyō Sharingan. En sus ojos tenían la forma de un trébol de cuatro hojas. Cada hoja del color de la sangre, que brillaban sobre un fondo tan negro como el odio estancado en su corazón. Y, en el centro, rodeado por las hojas, una pequeña pupila roja.
Una corriente de dolor nació de sus ojos y recorrió todo su cuerpo. El precio a pagar por ganarse el favor de un Dios. Se tambaleó por un momento, sorprendido... hasta que asentó con fuerza los pies en el suelo. Con rabia. No, Datsue ya no era el chiquillo inocente y blando que un día había partido de la Ribera del Norte. Había experimentado dolores peores. Cada noche, desde hacía 270 días al lado de Shukaku. Eso le había curtido. Convertido su piel de infante en un cúmulo de callos retorcidos los unos sobre los otros.
Apretó los dientes.
—¡¡¡Levanta!!! —exigió. No sabía por qué se lo pedía. Si porque todavía no había saciado su venganza; o porque quería cumplir la promesa que hacía no tanto había hecho a Daruu. Pero, si de algo estaba seguro, es que el combate no podía terminar así—. ¡¡¡Lucha!!!
Y el brazo de Susano’o volvió a caer sobre ella.
—¡¡¡Lucha!!! —se desgañitó, rojo por la rabia—. ¡¡¡LUCHA!!! —Y ahora era el otro brazo el que se precipitaba sobre ella, estrellándose contra la kunoichi o contra el suelo que la sostenía, reventando las losas cuadradas de piedra y convirtiéndolos en sendos cráteres con la base de su puño.
En otro tiempo, en otra época, quizá aquel símbolo representase algo más que una simple cascada. Algo mucho más importante. Algo que nunca existió y existió al mismo tiempo.
Pero como decía, aquello no era fruto del Sharingan, sino de una versión mucho más avanzada de ésta. Datsue, en labios de Uchiha Akame, lo conoció como el Mangekyō Sharingan. En sus ojos tenían la forma de un trébol de cuatro hojas. Cada hoja del color de la sangre, que brillaban sobre un fondo tan negro como el odio estancado en su corazón. Y, en el centro, rodeado por las hojas, una pequeña pupila roja.
Una corriente de dolor nació de sus ojos y recorrió todo su cuerpo. El precio a pagar por ganarse el favor de un Dios. Se tambaleó por un momento, sorprendido... hasta que asentó con fuerza los pies en el suelo. Con rabia. No, Datsue ya no era el chiquillo inocente y blando que un día había partido de la Ribera del Norte. Había experimentado dolores peores. Cada noche, desde hacía 270 días al lado de Shukaku. Eso le había curtido. Convertido su piel de infante en un cúmulo de callos retorcidos los unos sobre los otros.
Apretó los dientes.
—¡¡¡Levanta!!! —exigió. No sabía por qué se lo pedía. Si porque todavía no había saciado su venganza; o porque quería cumplir la promesa que hacía no tanto había hecho a Daruu. Pero, si de algo estaba seguro, es que el combate no podía terminar así—. ¡¡¡Lucha!!!
Y el brazo de Susano’o volvió a caer sobre ella.
—¡¡¡Lucha!!! —se desgañitó, rojo por la rabia—. ¡¡¡LUCHA!!! —Y ahora era el otro brazo el que se precipitaba sobre ella, estrellándose contra la kunoichi o contra el suelo que la sostenía, reventando las losas cuadradas de piedra y convirtiéndolos en sendos cráteres con la base de su puño.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado