4/09/2018, 00:59
Uchiha Datsue contra Aotsuki Ayame. Ahí sí, me acojoné. Se iba a liar. Dos jinchurikis, que ya se odiaban sin saber que el otro era un jinchuriki. ¡Y uno de ellos era Datsue! Apaga y vamonos. Estábamos todos muertos. Sudaba como un kuseño en el desierto, me picaba el culo por tenerlo sentado en aquellas gradas y no en mi segura y alejada casa. Pero no podía irme sin más. Miré a la grada especial de los participantes y allí estaba Eri, si pasaba cualquier cosa, tendría que estar ahí para evitar una catástrofe.
Y Datsue hizo de las suyas. Empezó a soltar un discurso la mar de emotivo y que contagiaba la uzunecidad. Y, por supuesto, a Ayame no le sentó bien, pero vamos, que nada le sentaba bien a esa mujer. Si una mierda era capaz de ponerla burra, demasiado tiempo con Datsue le podía hacer implosionar la cabeza de pura rabia.
Ayame atacó por la espalda a Datsue, Datsue invocó a Satanás para que le ayudase, lo normal en un combate entre PUTOS LOCOS. Que yo no era muy listo, no tenía mucha memoria, ¡PERO JURARÍA QUE ALGUIEN HABÍA DICHO ALGO DE NO REVENTAR AL PÚBLICO! Sin embargo, los jinchurikis eran más chulos que un ocho.
Tras repartirse de lo lindo entre los dos y que Datsue invocase a Satan, como no, Ayame se puso burra. Burra profunda. Burra mojada, burra brillante. Y la gente empezó a entender que esto se iba a la puta. Empezaron a correr y a lloriquear por todas partes. Como no paraba de vigilar de cerca la grada de los participantes vi como un chico clavadito a Daruu saltó sin pensárselo a la arena.
Le imité, pero al revés, yo salté de las gradas a la zona para los participantes.
— ¡Eri! ¡Hay que salir de aquí! ¡YA!
Stuffy no quitaba ojo a lo que en su momento había sido Ayame, con una mezcla de miedo y enfado. La mitad de sus pulgas le decían que atacase mientras la otra mitad le decían que huyera. Yo lo tenía más claro, todas mis pulgas decían que teníamos que salir de ahí y dejar hacer a los profesionales. Yo no sabía ni papa de Fuinjutsu ni bijuus.
Y Datsue hizo de las suyas. Empezó a soltar un discurso la mar de emotivo y que contagiaba la uzunecidad. Y, por supuesto, a Ayame no le sentó bien, pero vamos, que nada le sentaba bien a esa mujer. Si una mierda era capaz de ponerla burra, demasiado tiempo con Datsue le podía hacer implosionar la cabeza de pura rabia.
Ayame atacó por la espalda a Datsue, Datsue invocó a Satanás para que le ayudase, lo normal en un combate entre PUTOS LOCOS. Que yo no era muy listo, no tenía mucha memoria, ¡PERO JURARÍA QUE ALGUIEN HABÍA DICHO ALGO DE NO REVENTAR AL PÚBLICO! Sin embargo, los jinchurikis eran más chulos que un ocho.
Tras repartirse de lo lindo entre los dos y que Datsue invocase a Satan, como no, Ayame se puso burra. Burra profunda. Burra mojada, burra brillante. Y la gente empezó a entender que esto se iba a la puta. Empezaron a correr y a lloriquear por todas partes. Como no paraba de vigilar de cerca la grada de los participantes vi como un chico clavadito a Daruu saltó sin pensárselo a la arena.
Le imité, pero al revés, yo salté de las gradas a la zona para los participantes.
— ¡Eri! ¡Hay que salir de aquí! ¡YA!
Stuffy no quitaba ojo a lo que en su momento había sido Ayame, con una mezcla de miedo y enfado. La mitad de sus pulgas le decían que atacase mientras la otra mitad le decían que huyera. Yo lo tenía más claro, todas mis pulgas decían que teníamos que salir de ahí y dejar hacer a los profesionales. Yo no sabía ni papa de Fuinjutsu ni bijuus.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)