4/09/2018, 14:48
Todo parecía ir bien. Daigo le había entendido. Entonces, todo iría bien, ¿verdad? Los dos huirian con su superior y todo saldría bien.
A su espalda, la cosa se empezó a desmadrar. Apareció una mujer (podría ser la responsable de Amegakure) ante Datsue, chillando porque habían secuestrado a Ayame. Juro escuchó las palabra aún en la distancia, y no supo si decía la verdad. Datsue lo negaba, pero, ¿Quién sabe? No conocía a ninguno y no tenía intención. En mitad de la ejecución del chico, apareció Hanabi-sama, el Uzukage.
« Esta mierda se descontrola. Esta mierda se descontrola »
Yota apareció de pronto, exclamando que debían de subir.
— ¡Ya lo sé, joder! ¡Ya lo...! — exclamó.
Pero al parecer, el destino era caprichoso, y el chico al que tanto le hubiera gustado ver en otras condiciones, condenadamente gilipollas. Porque en lugar de seguir su ejemplo (les acababa de gritar hacía cinco segundos) se fue detrás de Uchiha Datsue, cuando trataba de huir.
«Es una puta broma »
En un segundo, Daigo hizo el sello, y desapareció detrás de él.
« TIENE QUE SER UNA PUTA BROMA » — Maldijo a Yota, a su familia, a sus descendientes, a sus arañas y a todo lo vivo relacionado con aquel maldito.
Yota intentó atacar a Datsue (ya ni le sorprendía). Nabi y Stuffy aparecieron en medio. Stuffy recibió una especie de masa pegajosa y quedó pegado a la pared (eso le dio lastima. El pobre perro no tenía la culpa). Nabi se alzó para enfrentarse a Yota. Daigo entonces apareció y confrontó a Nabi.
Juro se hartó de todo. Estaba cabreado. Muy cabreado. No solo porque le hubiera desobedecido su compañero, sino porque también estaban peleando con alguién que, en otro caso, había considerado su amigo. Se estaban matando. Y todo por Ayame y por aquel condenado Uchiha.
No quería participar en aquella estupida sangría. Lo tenía claro.
Juro apareció detrás de Yota y de Daigo con un simple sello del carnero, esperando pasar desapercibido entre todo el caos que se estaba produciendo. Tenía el sello en la mano, y sus pulmones se hincharon.
Exhaló una gran pantalla de humo hecho de su propio chakra, que pronto taparía a Yota, a Nabi, a Daigo y a todo el que estuviera cerca a seis metros a la redonda. Cegar para evitar una confrontación directa. ¿Era inteligente? Solo esperó que fuera suficientemente rápido para evitar una represalia real.
Tanto Yota como Daigo notarían un tirón en su espalda. Juro había colocado un hilo de chakra a la altura de su nuca cuando se habían despistado.
Juro corrió, aprovechando la distracción y el humo, en dirección contraria a la pelea, hacia donde se supone que estaban reagrupandose. Tiró de ambos de sus compañeros.
— ¡Nos largamos de aquí, LOS TRES! — exclamó, cabreado con su compañero, y con todos en general. Después de dar el primer tirón, el hilo se desharía, y ambos tendrían que correr por sí mismo. Si no lo hacían, entonces si que habría problemas de verdad.
A su espalda, la cosa se empezó a desmadrar. Apareció una mujer (podría ser la responsable de Amegakure) ante Datsue, chillando porque habían secuestrado a Ayame. Juro escuchó las palabra aún en la distancia, y no supo si decía la verdad. Datsue lo negaba, pero, ¿Quién sabe? No conocía a ninguno y no tenía intención. En mitad de la ejecución del chico, apareció Hanabi-sama, el Uzukage.
« Esta mierda se descontrola. Esta mierda se descontrola »
Yota apareció de pronto, exclamando que debían de subir.
— ¡Ya lo sé, joder! ¡Ya lo...! — exclamó.
Pero al parecer, el destino era caprichoso, y el chico al que tanto le hubiera gustado ver en otras condiciones, condenadamente gilipollas. Porque en lugar de seguir su ejemplo (les acababa de gritar hacía cinco segundos) se fue detrás de Uchiha Datsue, cuando trataba de huir.
«Es una puta broma »
En un segundo, Daigo hizo el sello, y desapareció detrás de él.
« TIENE QUE SER UNA PUTA BROMA » — Maldijo a Yota, a su familia, a sus descendientes, a sus arañas y a todo lo vivo relacionado con aquel maldito.
Yota intentó atacar a Datsue (ya ni le sorprendía). Nabi y Stuffy aparecieron en medio. Stuffy recibió una especie de masa pegajosa y quedó pegado a la pared (eso le dio lastima. El pobre perro no tenía la culpa). Nabi se alzó para enfrentarse a Yota. Daigo entonces apareció y confrontó a Nabi.
Juro se hartó de todo. Estaba cabreado. Muy cabreado. No solo porque le hubiera desobedecido su compañero, sino porque también estaban peleando con alguién que, en otro caso, había considerado su amigo. Se estaban matando. Y todo por Ayame y por aquel condenado Uchiha.
No quería participar en aquella estupida sangría. Lo tenía claro.
Juro apareció detrás de Yota y de Daigo con un simple sello del carnero, esperando pasar desapercibido entre todo el caos que se estaba produciendo. Tenía el sello en la mano, y sus pulmones se hincharon.
Exhaló una gran pantalla de humo hecho de su propio chakra, que pronto taparía a Yota, a Nabi, a Daigo y a todo el que estuviera cerca a seis metros a la redonda. Cegar para evitar una confrontación directa. ¿Era inteligente? Solo esperó que fuera suficientemente rápido para evitar una represalia real.
Tanto Yota como Daigo notarían un tirón en su espalda. Juro había colocado un hilo de chakra a la altura de su nuca cuando se habían despistado.
Juro corrió, aprovechando la distracción y el humo, en dirección contraria a la pelea, hacia donde se supone que estaban reagrupandose. Tiró de ambos de sus compañeros.
— ¡Nos largamos de aquí, LOS TRES! — exclamó, cabreado con su compañero, y con todos en general. Después de dar el primer tirón, el hilo se desharía, y ambos tendrían que correr por sí mismo. Si no lo hacían, entonces si que habría problemas de verdad.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60