4/09/2018, 16:53
Escuchó a alguien gritarle a sus espaldas. Yota. Un kusajin. Le hizo tanto caso como a esa mierda que dejas atrás por el camino. Tenía cosas más importantes que hacer. Nabi. Keisuke. Órdenes que cumplir. Estaba ya alcanzando lo alto de las gradas cuando vio una sombra saltar sobre él.
Entonces lo comprendió. No era una sombra, sino la silueta de un héroe. Era un mártir. Era la leyenda que se sacrificaba por un bien mayor.
Era Stuffy.
Anonadado, vio como el perro se interponía entre él y una bala de peligrosas intenciones. Le alcanzó de pleno, estrellándolo contra la muralla. En aquel momento, sintió algo, no supo definir el qué. Stuffy y él habían tenido sus más y sus menos. Se habían echado mierda encima. La gente pensaría que metafóricamente, pero también literalmente. Pero, aun así, cuando había llegado el momento… el can ni lo había dudado. Ya no por amistad, sino por patriotismo.
—¡¡¡Hijo de…!!! —no le dio tiempo a terminar su blasfemia cuando alguien tiró de él hacia las gradas. Nabi, quien tras tirarle contra las butacas de un fuerte tirón, corrió a enfrentarse al malnacido de Yota.
Datsue se levantó encendido, furioso, justo a tiempo para ver como otro kusajin se atrevía a ponerle las manos encima a Nabi. A placarle. «¡Jodidos kusareños! ¡¿A qué coño juegan?!»
—¡Eh, hijos de…!
¡Plaf! Segunda vez en el minuto que no le dejaban terminar una condenada frase. Y, aquella vez, con un pleno puñetazo en plena quijada que casi le disloca la mandíbula. Levantó el brazo derecho justo a tiempo para interponerlo en el segundo ataque, mientras trastrabillaba y luchaba por no tropezar y caer de culo.
Entonces, Etsu demostró que eso de dialogar no iba muy con él. Primero se preguntaba, y luego, si acaso, se golpeaba. No al revés.
—Pero, ¡¿qué coño hacéis?! —Estaban pasando demasiadas cosas demasiado rápido y al mismo tiempo como para sentirse extrañado por haber dos Etsus con chakra distinto—. ¿¡Me estás vacilando!?
Lo tenía, lo tenía. Lo sentía, lo sentía…
«Todavía no», dijo su mente, tratando de frenar el frenesí que invadía de nuevo sus venas. Era como tratar de parar un tsunami con un castillito de arena. «Todavía no», insistió, añadiendo cemento a la arena. Necesitaba más chakra. Necesitaba tomarse todavía un breve respiro. Y quizá lo necesitaría para más adelante. En cuánto…
«¿Dónde coño se ha metido Keisuke?»
—¡¡¡NABI!!! ¡¡¡STUFFY!!! ¡¡¡AYUDA!!! —No, no le avergonzó tener que pedir refuerzos. Los necesitaba.
Entonces lo comprendió. No era una sombra, sino la silueta de un héroe. Era un mártir. Era la leyenda que se sacrificaba por un bien mayor.
Era Stuffy.
Anonadado, vio como el perro se interponía entre él y una bala de peligrosas intenciones. Le alcanzó de pleno, estrellándolo contra la muralla. En aquel momento, sintió algo, no supo definir el qué. Stuffy y él habían tenido sus más y sus menos. Se habían echado mierda encima. La gente pensaría que metafóricamente, pero también literalmente. Pero, aun así, cuando había llegado el momento… el can ni lo había dudado. Ya no por amistad, sino por patriotismo.
—¡¡¡Hijo de…!!! —no le dio tiempo a terminar su blasfemia cuando alguien tiró de él hacia las gradas. Nabi, quien tras tirarle contra las butacas de un fuerte tirón, corrió a enfrentarse al malnacido de Yota.
Datsue se levantó encendido, furioso, justo a tiempo para ver como otro kusajin se atrevía a ponerle las manos encima a Nabi. A placarle. «¡Jodidos kusareños! ¡¿A qué coño juegan?!»
—¡Eh, hijos de…!
¡Plaf! Segunda vez en el minuto que no le dejaban terminar una condenada frase. Y, aquella vez, con un pleno puñetazo en plena quijada que casi le disloca la mandíbula. Levantó el brazo derecho justo a tiempo para interponerlo en el segundo ataque, mientras trastrabillaba y luchaba por no tropezar y caer de culo.
Entonces, Etsu demostró que eso de dialogar no iba muy con él. Primero se preguntaba, y luego, si acaso, se golpeaba. No al revés.
—Pero, ¡¿qué coño hacéis?! —Estaban pasando demasiadas cosas demasiado rápido y al mismo tiempo como para sentirse extrañado por haber dos Etsus con chakra distinto—. ¿¡Me estás vacilando!?
Lo tenía, lo tenía. Lo sentía, lo sentía…
«Todavía no», dijo su mente, tratando de frenar el frenesí que invadía de nuevo sus venas. Era como tratar de parar un tsunami con un castillito de arena. «Todavía no», insistió, añadiendo cemento a la arena. Necesitaba más chakra. Necesitaba tomarse todavía un breve respiro. Y quizá lo necesitaría para más adelante. En cuánto…
«¿Dónde coño se ha metido Keisuke?»
—¡¡¡NABI!!! ¡¡¡STUFFY!!! ¡¡¡AYUDA!!! —No, no le avergonzó tener que pedir refuerzos. Los necesitaba.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado