5/09/2018, 01:28
(Última modificación: 5/09/2018, 01:37 por Tsukiyama Daigo. Editado 3 veces en total.)
Lo que empezó como un desmadre rápidamente escaló a una locura en cuanto en cuanto un nuevo actor —un compañero kusajin— hizo acto de presencia golpeando a Uchiha Datsue.
«¿¡Qué demonios!?»
Daigo no deseaba aquello para nada, pero el daño ya estaba hecho. Ahora tenían que hacer actuar en consecuencia para salir de allí en el mejor estado posible.
Pero ahora que habían empezado con todo esto, le parecía tan improbable que salieran de esta...
Tan solo le hizo falta escuchar la orden de Yubiwa y el plan de Juro para que Daigo supiera que podían salir todos de esta.
Bueno, no exactamente todos, porque Daigo sabía que no había manera humana de que pudiera realizar un solo Sunshin más. Aún así, no quería retrasar a sus compañeros, no quería que se preocuparan por él.
—¡Sí! —exclamó, dispuesto a seguir las órdenes de Juro.
No demasiado lejos, la exclamación de una Kunoichi detuvo a Daigo incluso antes de que empezara a correr.
Uchiha Akame... hospital... Amedama Daruu... aquello fue lo único que consiguió percibir, pues su oído no era lo suficientemente agudo para escuchar nada más.
Aquello era más que suficiente.
Daigo empezó a correr con fuerzas renovadas hacia Yubiwa a la máxima velocidad que sus piernas le permitieron. Estaba desesperado y preocupado a más no poder, pero incluso toda la adrenalina del mundo no consiguó que corriera tan rápido como cualquier otro Shinobi.
Se vio tentando a utilizar el Sunshin para llegar más rápido, pero no quería descubrir qué pasaría si llevaba su cuerpo al límite ahora mismo. En su lugar...
—¡Yubiwa-sensei!, ¡Yubiwa-sensei! —gritaba mientras daba largas zancadas escalando el muro del estadio—, creo que... he escuchado que Aotsuki Ayame y... Amedama Daruu se encuentran ahora mismo en el hospital... —dijo entre jadeos cansados.
No podía creer lo que estaba a punto de decir, pero incluso él sabía que no podía ser nada bueno que se encontraran en manos de los Uzujines, no después de todo lo que había pasado.
Podrían encarcelarlos, o torturarlos, o peor...
—Por favor... por favor permita que haga algo, sé que no va con nosotros, pero...
No quería tomarse ninguna pausa, de verdad que no quería hacerlo, pero su corazón no le permitía decir todo lo que tenía en la cabeza de una sola. Por eso solo podía decirle lo más importante que pasaba por su mente.
Daigo realizó una pronunciada reverencia.
—¡No quiero que nadie sufra, debo hacer algo!
Definitivamente no tenía el carisma natural que desprendía Datsue, pero esperaba que aquello fuera suficiente para convencer a Yubiwa de permitirle hacer una última locura.
«¿¡Qué demonios!?»
Daigo no deseaba aquello para nada, pero el daño ya estaba hecho. Ahora tenían que hacer actuar en consecuencia para salir de allí en el mejor estado posible.
Pero ahora que habían empezado con todo esto, le parecía tan improbable que salieran de esta...
Tan solo le hizo falta escuchar la orden de Yubiwa y el plan de Juro para que Daigo supiera que podían salir todos de esta.
Bueno, no exactamente todos, porque Daigo sabía que no había manera humana de que pudiera realizar un solo Sunshin más. Aún así, no quería retrasar a sus compañeros, no quería que se preocuparan por él.
—¡Sí! —exclamó, dispuesto a seguir las órdenes de Juro.
No demasiado lejos, la exclamación de una Kunoichi detuvo a Daigo incluso antes de que empezara a correr.
Uchiha Akame... hospital... Amedama Daruu... aquello fue lo único que consiguió percibir, pues su oído no era lo suficientemente agudo para escuchar nada más.
Aquello era más que suficiente.
Daigo empezó a correr con fuerzas renovadas hacia Yubiwa a la máxima velocidad que sus piernas le permitieron. Estaba desesperado y preocupado a más no poder, pero incluso toda la adrenalina del mundo no consiguó que corriera tan rápido como cualquier otro Shinobi.
Se vio tentando a utilizar el Sunshin para llegar más rápido, pero no quería descubrir qué pasaría si llevaba su cuerpo al límite ahora mismo. En su lugar...
—¡Yubiwa-sensei!, ¡Yubiwa-sensei! —gritaba mientras daba largas zancadas escalando el muro del estadio—, creo que... he escuchado que Aotsuki Ayame y... Amedama Daruu se encuentran ahora mismo en el hospital... —dijo entre jadeos cansados.
No podía creer lo que estaba a punto de decir, pero incluso él sabía que no podía ser nada bueno que se encontraran en manos de los Uzujines, no después de todo lo que había pasado.
Podrían encarcelarlos, o torturarlos, o peor...
—Por favor... por favor permita que haga algo, sé que no va con nosotros, pero...
No quería tomarse ninguna pausa, de verdad que no quería hacerlo, pero su corazón no le permitía decir todo lo que tenía en la cabeza de una sola. Por eso solo podía decirle lo más importante que pasaba por su mente.
Daigo realizó una pronunciada reverencia.
—¡No quiero que nadie sufra, debo hacer algo!
Definitivamente no tenía el carisma natural que desprendía Datsue, pero esperaba que aquello fuera suficiente para convencer a Yubiwa de permitirle hacer una última locura.
![[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]](https://i.ibb.co/fqtcMG8/IMG-20210515-202948-586.png)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.