5/09/2018, 00:49
El primero en responder fue Juro, sonrió y anunció que se encontraba bien, busqué con la mirada al calvo, pero por alguna extraña razón lo encontraba, no sabía qué había sucedido con él, ni en que momento había desaparecido de mi vista. —Entiendo, es lo más lógico.— Respondí al marionetista quien buscaría reagruparse con los suyos.
—¡NINJAS DE AMEGAKURE NO SATO! — Vociferó Shanise, la mano derecha de la Arashikage y la encargada de todos nosotros en nuestra estadía en Uzugakure. Al escuchar sus palabras la ubiqué rápidamente, estaba al lado de Kaido, se acercaba amenazantemente hacia Datsue con el filo en mano —. ¡Retírense hacia el barco, en el puerto! ¡Nos vamos!
"Coño! La que se montó aquí..." Miré hacia dónde estaba Nabi, al parecer no me había escuchado, o por lo menos había reparado en mi, lo que me haría más fácil escabullirme sin ninguna pega.
»¡HABLA!
Llegados a este punto ya me encontraba caminando entre las gradas muy cuidaosamente, trataba de no llamar la atención de ningún shinobi, por parte del espiral ni de la hierba, la situación se tornaba bastante tensa, todo era un caos y desorden, a pesar de haber visto todo no lograba procesar todo lo que pasaba.
—¡¡MENTIRA!! — Los gritos de Shanise llegaban a mis oídos con facilidad, nada más ver aquella aura rodeandole de ira y enojo, de ver como apuntaba al Uchiha con su katana, hacía que mi piel se erizara y por mi columna viajase un corrientazo, sí, me daba miedo y bastante.
—¡¡Keisuke!! ¿¡Dónde estás!? ¡¡VOY A PARTIRTE EN DOS!!
"Coño e la madre con Datsue" Sí, una mentada de madre nunca estaba de más, sobre todo por lo último anunciado. Eso solo significaba una cosa, que Uchiha había confiado en las personas equivocadas, que me había traicionado, que los temores de Akame no eran infundados, que yo sí estaba en real peligro!
Ya no importaba pasar de desapercibido, lo único que me quedaba era huir.
—. ¡Keisuke, por mi estampa! ¡Escóndete antes de que sea demasiado tarde!
Era una voz que reconocía bien, con facilidad, emitiendo un mensaje obvio y evidente, y eso era lo que estaba haciendo hasta ahora, sonaba muy fácil y así lo era, no había nadie que me detuviese, nadie había reparado en mi. Los dioses jugaban a mi favor y su bendición me protegía hasta entonces.
Solo hasta que...
—¡KAIDO! ¡TE QUIERO EN EL BARCO EN DIEZ MINUTOS! ¡CON EL CADÁVER DE KEISUKE O SIN ÉL, PERO TENEMOS QUE IRNOS E INICIAR LA BÚSQUEDA DE AYAME YA!
Instantáneamente la presencia de un ser azulado y con una sierra en vez de dientes se posó frente a mi, ocluyendo mi paso...
—¿Qué crees que haces? QUITATE!— Vociferé mientras me hacía rápidamente con un kunai.
—¡NINJAS DE AMEGAKURE NO SATO! — Vociferó Shanise, la mano derecha de la Arashikage y la encargada de todos nosotros en nuestra estadía en Uzugakure. Al escuchar sus palabras la ubiqué rápidamente, estaba al lado de Kaido, se acercaba amenazantemente hacia Datsue con el filo en mano —. ¡Retírense hacia el barco, en el puerto! ¡Nos vamos!
"Coño! La que se montó aquí..." Miré hacia dónde estaba Nabi, al parecer no me había escuchado, o por lo menos había reparado en mi, lo que me haría más fácil escabullirme sin ninguna pega.
»¡HABLA!
Llegados a este punto ya me encontraba caminando entre las gradas muy cuidaosamente, trataba de no llamar la atención de ningún shinobi, por parte del espiral ni de la hierba, la situación se tornaba bastante tensa, todo era un caos y desorden, a pesar de haber visto todo no lograba procesar todo lo que pasaba.
—¡¡MENTIRA!! — Los gritos de Shanise llegaban a mis oídos con facilidad, nada más ver aquella aura rodeandole de ira y enojo, de ver como apuntaba al Uchiha con su katana, hacía que mi piel se erizara y por mi columna viajase un corrientazo, sí, me daba miedo y bastante.
—¡¡Keisuke!! ¿¡Dónde estás!? ¡¡VOY A PARTIRTE EN DOS!!
"Coño e la madre con Datsue" Sí, una mentada de madre nunca estaba de más, sobre todo por lo último anunciado. Eso solo significaba una cosa, que Uchiha había confiado en las personas equivocadas, que me había traicionado, que los temores de Akame no eran infundados, que yo sí estaba en real peligro!
Ya no importaba pasar de desapercibido, lo único que me quedaba era huir.
—. ¡Keisuke, por mi estampa! ¡Escóndete antes de que sea demasiado tarde!
Era una voz que reconocía bien, con facilidad, emitiendo un mensaje obvio y evidente, y eso era lo que estaba haciendo hasta ahora, sonaba muy fácil y así lo era, no había nadie que me detuviese, nadie había reparado en mi. Los dioses jugaban a mi favor y su bendición me protegía hasta entonces.
Solo hasta que...
—¡KAIDO! ¡TE QUIERO EN EL BARCO EN DIEZ MINUTOS! ¡CON EL CADÁVER DE KEISUKE O SIN ÉL, PERO TENEMOS QUE IRNOS E INICIAR LA BÚSQUEDA DE AYAME YA!
Instantáneamente la presencia de un ser azulado y con una sierra en vez de dientes se posó frente a mi, ocluyendo mi paso...
—¿Qué crees que haces? QUITATE!— Vociferé mientras me hacía rápidamente con un kunai.