5/09/2018, 02:40
El tiburón de Amegakure caminaba lentamente hacia mi con un aire de superioridad, como sí supiese que yo era su presa indefensa y que terminaría sucumbiendo ante sus dientes afilado, parecía calmado, demostraba que tenía la situación bajo control.
—Inoue Keisuke, te han sentenciado a morir, que tengas un buen viaje hasta las calurosas tierras del Yomi.
Mientras hablaba varias masas amorfas de agua se formaban tras él, se levantaban y empezaban a tomar forma, era evidente que era obra suya, una simple cuchilla no podría hacer frente al arte del ninjutsu, por lo que antes de que la primera de las balas saliera despedida hacia mi, lancé el kunai directo hacia su abdomen, un trayecto corto, un tiro fácil de esquivar, pero me entorpecía tener esa arma en mis manos.
Mis dedos se unieron en cuatro sellos, mi pecho se hinchó y mi boca expulsó una gran cantidad de agua que rápidamente me engulliría en un cilindro hidrico, lo suficientemente ancho para que solo yo fuese beneficiado de su protección, el agua giraba a mi alrededor y con su potencia logró desviar los proyectiles provenientes de mi agresor justo a tiempo.
"Eso estuvo cerca, no puedo descuidarme" Suspiré.
La muralla de agua terminó cediendo a mi voluntad y entonces reveló nuevamente mi imagen, esta vez mis manos demostraban el sello de la serpiente, lo más probable es que Kaido conociera bien la técnica, incluso sería una que acabaría de ver...
—Suiton: Suishōha!!
Nuevamente de mi ser escupió una gran cantidad de agua, mucho mayor que la anterior, esta rebotó en el suelo y creció, creció en longitud y en grosor, cuatro metros de ancho y tres metros de alto para ser precisos, la fuerza del mar se oponía al avance el tiburón, la ola que tendría que vencer no sería un rival fácil con el cual lidiar.
Sí la técnica acertaba o no, no lo sabría, puesto que no me detendría para verlo, reanudaría mi carrera por una ruta alterna y buscaría entre mis objetos, uno de ellos me sería realmente útil.
—Inoue Keisuke, te han sentenciado a morir, que tengas un buen viaje hasta las calurosas tierras del Yomi.
Mientras hablaba varias masas amorfas de agua se formaban tras él, se levantaban y empezaban a tomar forma, era evidente que era obra suya, una simple cuchilla no podría hacer frente al arte del ninjutsu, por lo que antes de que la primera de las balas saliera despedida hacia mi, lancé el kunai directo hacia su abdomen, un trayecto corto, un tiro fácil de esquivar, pero me entorpecía tener esa arma en mis manos.
Mis dedos se unieron en cuatro sellos, mi pecho se hinchó y mi boca expulsó una gran cantidad de agua que rápidamente me engulliría en un cilindro hidrico, lo suficientemente ancho para que solo yo fuese beneficiado de su protección, el agua giraba a mi alrededor y con su potencia logró desviar los proyectiles provenientes de mi agresor justo a tiempo.
"Eso estuvo cerca, no puedo descuidarme" Suspiré.
La muralla de agua terminó cediendo a mi voluntad y entonces reveló nuevamente mi imagen, esta vez mis manos demostraban el sello de la serpiente, lo más probable es que Kaido conociera bien la técnica, incluso sería una que acabaría de ver...
—Suiton: Suishōha!!
Nuevamente de mi ser escupió una gran cantidad de agua, mucho mayor que la anterior, esta rebotó en el suelo y creció, creció en longitud y en grosor, cuatro metros de ancho y tres metros de alto para ser precisos, la fuerza del mar se oponía al avance el tiburón, la ola que tendría que vencer no sería un rival fácil con el cual lidiar.
Sí la técnica acertaba o no, no lo sabría, puesto que no me detendría para verlo, reanudaría mi carrera por una ruta alterna y buscaría entre mis objetos, uno de ellos me sería realmente útil.