5/09/2018, 14:05
Con la guardia alzada, en pleno auge de la confrontación, frente a frente con el Uchiha al que sin querer había tomado bastante odio, quedó solo ante el peligro. El tipo que tenía pintas de Inuzuka creó una barrera entre el y el resto, una pared de piedra. Además, el resto no pareció querer salir de la nube de humo, o bien se habían retirado hacía tiempo. Para empeorar las cosas, no fue si no otro uzujin el que apareció en pos de proteger al que calificó como Hermano del desierto. Etsu no pudo evitar la sorpresa, la verdad es que no lo comprendía del todo, pero pareció caer sobre Datsue como una patada en plenos cojones. Éste se llevó la mano al rostro, y con desdén tomó el arma que el tipo le había ofrecido.
Eran 4 contra 2, y Datsue de por sí era ya realmente fuerte. No cabía dudas de que estaba en un gran lío, uno de esos en los que normalmente no escapas sin llevarte un buen recuerdo.
De pronto, la voz de Yubiwa se alzó entre todos. Éste reclamó que todos debían estar en el barco desde hacía un rato ya. Sin duda, ir por los refrescos y la comida había sido no una mala idea, si no la peor. Etsu chasqueó la lengua, y aunque quería volver a golpear el rostro del Uchiha, no podía permitírselo en ésta ocasión. No al menos bajo ésta situación de inferioridad numérica, era lógico.
—Nos volveremos a ver... tenlo por seguro. —sentenció el Inuzuka.
Una mirada bastó para aclarar a Akane que se retiraban. Un único sello, tomó aire, y escupió directo al asuelo. Sin mas, una ingente cantidad de polvo, humo, y toda cantidad de partículas que impedían casi por completo la visión se interpuso entre Etsu y el resto.
Sin demora, tanto Etsu como Akane correrían hacia el muro, en pos de escalar el terreno y llegar hasta Yubiwa. Curiosamente, para cuando lo intentó, el escuadrón de chicos a los que pretendía ayudar se plantó junto al líder situacional. Tras de él, Datsue tenía la mente en otras cosas, una tal Eri. Curiosamente, a esa chica si que la conocía... y no le había parecido mala persona. El mundo es un pañuelo.
Si nadie le impedía lo contrario, correrían directos y sin titubeos hacia Yubiwa y el resto. Obviamente, estaban atentos a una posible contienda por parte de algún uzujin. Estaban en sus tierras, no sería algo de extrañar.
El dúo Inuzuka se plantó ante el resto algo mas tarde, sin duda éstos se habían movido antes, o simplemente eran muy rápidos. A saber. La cuestión era que para cuando Etsu y Akane llegaron, apenas pudieron escuchar todas las palabras de Yubiwa al resto. Lo que pudo sacar en claro era que debían cometer una gran irresponsabilidad.
Curioso, Yubiwa ordenando al resto que actuasen como Etsu.
No tenía demasiado sentido, pero el resto no dudó en confirmar la orden, y salieron corriendo. El rastas miró a su hermano, miró al líder, y terminó por afirmar con un gesto afirmativo. No sabía que afirmaba que iban a hacer, pero lo harían. Después de todo, era una orden...
—Vamos, Akane.
Y corrieron para unirse al resto.
Eran 4 contra 2, y Datsue de por sí era ya realmente fuerte. No cabía dudas de que estaba en un gran lío, uno de esos en los que normalmente no escapas sin llevarte un buen recuerdo.
De pronto, la voz de Yubiwa se alzó entre todos. Éste reclamó que todos debían estar en el barco desde hacía un rato ya. Sin duda, ir por los refrescos y la comida había sido no una mala idea, si no la peor. Etsu chasqueó la lengua, y aunque quería volver a golpear el rostro del Uchiha, no podía permitírselo en ésta ocasión. No al menos bajo ésta situación de inferioridad numérica, era lógico.
—Nos volveremos a ver... tenlo por seguro. —sentenció el Inuzuka.
Una mirada bastó para aclarar a Akane que se retiraban. Un único sello, tomó aire, y escupió directo al asuelo. Sin mas, una ingente cantidad de polvo, humo, y toda cantidad de partículas que impedían casi por completo la visión se interpuso entre Etsu y el resto.
Sin demora, tanto Etsu como Akane correrían hacia el muro, en pos de escalar el terreno y llegar hasta Yubiwa. Curiosamente, para cuando lo intentó, el escuadrón de chicos a los que pretendía ayudar se plantó junto al líder situacional. Tras de él, Datsue tenía la mente en otras cosas, una tal Eri. Curiosamente, a esa chica si que la conocía... y no le había parecido mala persona. El mundo es un pañuelo.
Si nadie le impedía lo contrario, correrían directos y sin titubeos hacia Yubiwa y el resto. Obviamente, estaban atentos a una posible contienda por parte de algún uzujin. Estaban en sus tierras, no sería algo de extrañar.
El dúo Inuzuka se plantó ante el resto algo mas tarde, sin duda éstos se habían movido antes, o simplemente eran muy rápidos. A saber. La cuestión era que para cuando Etsu y Akane llegaron, apenas pudieron escuchar todas las palabras de Yubiwa al resto. Lo que pudo sacar en claro era que debían cometer una gran irresponsabilidad.
Curioso, Yubiwa ordenando al resto que actuasen como Etsu.
No tenía demasiado sentido, pero el resto no dudó en confirmar la orden, y salieron corriendo. El rastas miró a su hermano, miró al líder, y terminó por afirmar con un gesto afirmativo. No sabía que afirmaba que iban a hacer, pero lo harían. Después de todo, era una orden...
—Vamos, Akane.
Y corrieron para unirse al resto.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~