6/09/2018, 02:26
(Última modificación: 6/09/2018, 02:50 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Shanise, perpleja, asistió a un espectáculo que casi parecía un circo. Una broma de mal gusto. Era como si todo aquél paripé estuviese diseñado expresamente para sacarla de sus casillas y hacer que perdiese la paciencia.
Pero en parte le alivió ver a la muchacha sana y salva, como Hanabi se esforzó en prometer. Fue como un peso que le fue retirado de encima.
Alivio que volvió a sustituirse por una silenciosa ira en cuanto le entregaron a Ayame como si fuera un fardo de paja. Un saco.
Con ella en la mano, bufó:
—Una habitación de hospital donde esté cómoda cuando despierte, una silla para sentarme a su lado y no despegarme. Y una orden para que tus ninjas no toquen a los míos de aquí hasta que volvamos al barco, esta misma noche. Ah, y... Su ropa, por favor.
»A cambio, yo haré lo propio con los míos. Los mantendremos separados para que no interactúen en absoluto. No quiero más sorpresas, y me temo que le han cogido el gusto a meterse en problemas.
Había un cabo suelto, no obstante. Inoue Keisuke, del que Shanise se había, al parecer, olvidado por completo, debido a aquél caos.
—Pónganle una habitación a Amedama. Ciérrenla con llave y yo asignaré un par de guardias. No volverá a molestarles.
»Y por favor, mantén a los Uchihas lo más lejos de este hospital que puedas. Puede que tus palabras sean bienintencionadas, pero no me fío de ellos.
Pero en parte le alivió ver a la muchacha sana y salva, como Hanabi se esforzó en prometer. Fue como un peso que le fue retirado de encima.
Alivio que volvió a sustituirse por una silenciosa ira en cuanto le entregaron a Ayame como si fuera un fardo de paja. Un saco.
Con ella en la mano, bufó:
—Una habitación de hospital donde esté cómoda cuando despierte, una silla para sentarme a su lado y no despegarme. Y una orden para que tus ninjas no toquen a los míos de aquí hasta que volvamos al barco, esta misma noche. Ah, y... Su ropa, por favor.
»A cambio, yo haré lo propio con los míos. Los mantendremos separados para que no interactúen en absoluto. No quiero más sorpresas, y me temo que le han cogido el gusto a meterse en problemas.
Había un cabo suelto, no obstante. Inoue Keisuke, del que Shanise se había, al parecer, olvidado por completo, debido a aquél caos.
—Pónganle una habitación a Amedama. Ciérrenla con llave y yo asignaré un par de guardias. No volverá a molestarles.
»Y por favor, mantén a los Uchihas lo más lejos de este hospital que puedas. Puede que tus palabras sean bienintencionadas, pero no me fío de ellos.