8/09/2018, 20:47
Sin embargo, la magnitud de la herida fue tal que me fue imposible tolerar la punzada, que recorrió prácticamente todo mi cuerpo, me perdí efímeramente en el dolor, eso significó que el chorro nunca llegó a salir expulsado de mi boca; rápidamente otra molestia me acompañó, mi pierna tambaleó y mi cuerpo se precipitó rápidamente al suelo, sabía lo que vendría a continuación.
Cuando tocara el suelo el pes buscaría apagar la luz de mis ojos con aquella arma dentada.
Lo presentía, mejor dicho, lo sabía.
Al caer respondí rápidamente, rodé sobre mi vientre para encararle, tal y como preví su mano caería sobre mi como un guillotina y la katana se extendía como su brazo, el filo de la guillotina se acercaba de forma inminentemente, tenía una oportunidad para salir con vida de esa situación...
Mi diestra se alzó para el encuentro de la espada, pero lejos de buscar interponerse y utilizarla como escudo, golpearía el metal en el momento exacto, un golpe certero y cargado de todas mis fuerzas y energías, las suficientes para hacer desprender aquel metal, el cual según mis suposiciones saldría expedido varios metros; o por lo menos abanicaría su brazo lo suficiente para abrir la brecha que necesitaba.
—No sabes lo que haces.— Dije con un tono amargo para rápidamente dar una voltereta, mis rodillas se flexionaron y mi pelvis se elevo, mis pies pasaron por sobre mi cabeza y nuevamente tocaba suelo firme, di un salto hacia atrás para mantener las distancias, buscando una separación de aproximadamente tres metros-
"El error ha estado ahí, mi error, desde un principio..."
Mi dolor permanecía, sentía la calidez de la sangre recorrer mi piel, mis ojos estaban fijos en el azulado, estaba dispuesto a actuar. —Mi error fue hacerle caso a Datsue.— Dije con nueva determinación. —Creer en que no podría hacerte frente.— Una mano yacía en mi costado cubriendo la herida, la misma empezaba a brillar con un tono verdoso. —Querer huir en el momento menos indicado y dudar de mis capacidades, sí, solo un par de palabras hicieron eso.— Seguí atento por sí debía detener mi curación. —La pregunta es... ¿Te dará tiempo de cumplir tu objetivo?— Solo aquello no sería suficiente, mi labia no era tan buena como la de Datsue, pero buscaría acompañarla con pruebas palpables. —Mira a tu alrededor, estamos prácticamente solos, no tardarán en llegar shinobis de uzushiogakure.— Hice una pausa, me dolía el costado, debía mantener mi concentración, debía ganar más tiempo.
—Solo diez minutos para acabar con una vida, sin saber porqué... De alguien que conoces, un colega de profesión.— Dilaté la situación lo más que pude. —El tiempo corre Kaido, y escuché claramente que debías irte sin mi cadáver y volver al barco, así que es tiempo de que vayas volviendo, antes de que se vayan sin ti.
La palma seguía brillando.
Cuando tocara el suelo el pes buscaría apagar la luz de mis ojos con aquella arma dentada.
Lo presentía, mejor dicho, lo sabía.
Al caer respondí rápidamente, rodé sobre mi vientre para encararle, tal y como preví su mano caería sobre mi como un guillotina y la katana se extendía como su brazo, el filo de la guillotina se acercaba de forma inminentemente, tenía una oportunidad para salir con vida de esa situación...
Mi diestra se alzó para el encuentro de la espada, pero lejos de buscar interponerse y utilizarla como escudo, golpearía el metal en el momento exacto, un golpe certero y cargado de todas mis fuerzas y energías, las suficientes para hacer desprender aquel metal, el cual según mis suposiciones saldría expedido varios metros; o por lo menos abanicaría su brazo lo suficiente para abrir la brecha que necesitaba.
—No sabes lo que haces.— Dije con un tono amargo para rápidamente dar una voltereta, mis rodillas se flexionaron y mi pelvis se elevo, mis pies pasaron por sobre mi cabeza y nuevamente tocaba suelo firme, di un salto hacia atrás para mantener las distancias, buscando una separación de aproximadamente tres metros-
"El error ha estado ahí, mi error, desde un principio..."
Mi dolor permanecía, sentía la calidez de la sangre recorrer mi piel, mis ojos estaban fijos en el azulado, estaba dispuesto a actuar. —Mi error fue hacerle caso a Datsue.— Dije con nueva determinación. —Creer en que no podría hacerte frente.— Una mano yacía en mi costado cubriendo la herida, la misma empezaba a brillar con un tono verdoso. —Querer huir en el momento menos indicado y dudar de mis capacidades, sí, solo un par de palabras hicieron eso.— Seguí atento por sí debía detener mi curación. —La pregunta es... ¿Te dará tiempo de cumplir tu objetivo?— Solo aquello no sería suficiente, mi labia no era tan buena como la de Datsue, pero buscaría acompañarla con pruebas palpables. —Mira a tu alrededor, estamos prácticamente solos, no tardarán en llegar shinobis de uzushiogakure.— Hice una pausa, me dolía el costado, debía mantener mi concentración, debía ganar más tiempo.
—Solo diez minutos para acabar con una vida, sin saber porqué... De alguien que conoces, un colega de profesión.— Dilaté la situación lo más que pude. —El tiempo corre Kaido, y escuché claramente que debías irte sin mi cadáver y volver al barco, así que es tiempo de que vayas volviendo, antes de que se vayan sin ti.
La palma seguía brillando.