9/09/2018, 01:44
Después de varios pasos logré salir de aquel infierno, tomé una gran bocanada, pero los accesos de tos no culminaron con un poco de aire fresco, el escozor en la garganta y las lágrimas de mis ojos aún caían por sí solas, tal era el cansancio y la debilidad que sentía que terminé cediendo a la tentación de descansar un poco, a pesar de que mi cuerpo seguía convulsionando con cada contracción del diafragma.
Pasarían unos pocos segundos hasta que lograría empezar a recuperar el aliento, pero el tiempo estaba en mi contra, en vez de estar en contra del azulado, quien tenía un límite impuesto, que al parecer le quedaría libre de sobra para ir a por una gaseosa.
Me incorporé lentamente, quedando sentado, apoyado con mis manos en el suelo, tras buscarle con la mirada le vi; apenas afectado por el humo, se acercaba de forma imponente, con su aire de superioridad.
—Has peleado bien, Inoue Keisuke. Pero una sentencia es una sentencia Dicto al llegar a mi, anunciando mi fin, según él.
—¿Y que mi recuerdo se pierda con el tiempo?, ¿cómo el de Aiko?— Cuestioné, no con la energía física suficiente para hacer un movimiento que me salvase, pero sí para seguir fastidiando, sí moriría en sus manos no me rendiría. —Nadie parece recordarla, ni pensar porqué ya no está por las calles.— Comenté incorporarme totalmente. —No dejaré que mi último recuerdo sea como el ninja que se rindió y aceptó su destino sin siquiera oponerse.
—está bien si dejas de luchar. Nadie te va a ver. Nadie te va a llorar. Es hora de descansar, ¿no crees, Keisuke-san? Agregó para volver a levantar su pierna y patearme justo en el abdomen, muy cerca de la herida, la sangré salpicó, mi cuerpo cayó irremediablemente tras das un par de pasos hacia atrás.
Llevé nuevamente la mano a la herida mientras hacía presión para intentar nuevamente contener la hemorragia, esta vez comenzaría a brillar de color verdeazulado, un color tranquilizante y que no causa reacción alterante en algunos animales, pero él era un depredador...
Vería a Kaido desde la inferioridad. —No es mi momento para descansar.— Negué con un poco menos de energía que antes, volví a incorporarme con un poco más de lentitud, un poco más pálido.
Pasarían unos pocos segundos hasta que lograría empezar a recuperar el aliento, pero el tiempo estaba en mi contra, en vez de estar en contra del azulado, quien tenía un límite impuesto, que al parecer le quedaría libre de sobra para ir a por una gaseosa.
Me incorporé lentamente, quedando sentado, apoyado con mis manos en el suelo, tras buscarle con la mirada le vi; apenas afectado por el humo, se acercaba de forma imponente, con su aire de superioridad.
—Has peleado bien, Inoue Keisuke. Pero una sentencia es una sentencia Dicto al llegar a mi, anunciando mi fin, según él.
—¿Y que mi recuerdo se pierda con el tiempo?, ¿cómo el de Aiko?— Cuestioné, no con la energía física suficiente para hacer un movimiento que me salvase, pero sí para seguir fastidiando, sí moriría en sus manos no me rendiría. —Nadie parece recordarla, ni pensar porqué ya no está por las calles.— Comenté incorporarme totalmente. —No dejaré que mi último recuerdo sea como el ninja que se rindió y aceptó su destino sin siquiera oponerse.
—está bien si dejas de luchar. Nadie te va a ver. Nadie te va a llorar. Es hora de descansar, ¿no crees, Keisuke-san? Agregó para volver a levantar su pierna y patearme justo en el abdomen, muy cerca de la herida, la sangré salpicó, mi cuerpo cayó irremediablemente tras das un par de pasos hacia atrás.
Llevé nuevamente la mano a la herida mientras hacía presión para intentar nuevamente contener la hemorragia, esta vez comenzaría a brillar de color verdeazulado, un color tranquilizante y que no causa reacción alterante en algunos animales, pero él era un depredador...
Vería a Kaido desde la inferioridad. —No es mi momento para descansar.— Negué con un poco menos de energía que antes, volví a incorporarme con un poco más de lentitud, un poco más pálido.