19/06/2016, 03:58
Finalmente llegaba el final de ese torneo en donde el calvo había sido humillado. Gracias a ese combate con un tal Yota, un nombre que todavía lo hacía estremecer, pudo reflexionar sobre su vida como shinobi y como seguir adelante. Su estadía en ese lugar fue deprimente y triste pero afortunadamente se acercaba el momento de regresar a casa, solo quedaba un combate entre dos kunoichi. Una era de su pueblo, Amegakure, y estaba bastante orgulloso por ello.
Llegó al estadio sin túnica negra ni su cónico sombrero y tampoco le prestó mucha atención a la gente que le rodeaba. Se dedicó a sentarse en su lugar y mirar el combate de reojo, todavía seguía mal por no haber podido rendir en el suyo pero en el fondo alentaba a Ayame desde el fondo de su ser. Ame tenía que salir victorioso de ese combate, pero algo impediría ese momento de satisfacción y emoción para su compañera de aldea.
Fue lo que le llamó la atención, algo que hizo que perdiese la cabeza y mirase con los ojos como platos el escenario principal. Un ligero "¡Me rindo!" causó una mini-cólera interna en el calvo. El había podido resistir la humillación con tal de no acabar prematuramente el combate y esa chica, que pudo lograr llegar a la final, no podía hacerlo. Los sucesos comenzaron a ocurrir con rapidez y cuando el pelado se levantó de su asiento para quejarse de la actitud un destello iluminó sus ojos. En tan solo unos segundos se vio obligado a tapar su cara con sus brazos a causa de una fuerte corriente de viento.
Cuando recién pudo pispear por encima de ellos un grito ensordecedor irrumpió en sus oídos y causó el alboroto de toda la muchedumbre. Una gran forma de vida de características monstruosas apareció en el medio del estadio y lo primero que largó fue un gran alarido...
![[Imagen: tumblr_m5runvUGeJ1r0ljoto2_r1_500.gif]](http://24.media.tumblr.com/tumblr_m5runvUGeJ1r0ljoto2_r1_500.gif)
¡¡GRROOOOOOAAAAARR!!
Un oso gigante compuesto de arena y trazos azules se hizo protagonista del evento. Los pilares de las tribunas comenzaron a venirse abajo y los cimientos temblaban cada vez con más violencia. Un terremoto sacudía a todos los espectadores y solo había una cosa segura en ese momento.
«El poder de esa cosa es.... indescriptible»
Incluso los más gennin como él debían de sentir esa imponente energía que emanaba la bestia de una sola cola. Un desconocido Shukaku, por lo menos para Karamaru, oprimía el alma de los más débiles solo con su presencia. No había tiempo que perder, tenía que salir de allí rápido pero a la vez era su deber ayudar a la evacuación de la zona. El cenobita sabía completamente que los civiles estaban más aterrados y menos protegidos.
Pero el tiempo lo apresuró a Karamaru y en su indecisión cometió el pecado de permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar, con los brazos cubriéndole la cara. Un cuerpo le impactó justo en el estomago y salieron volando contra la pared del estadio que logró detenerlos sin mayores daños. Fue un golpe duro, pero el monje se entrenaba día a día para tratar de resistir ese tipo de agresión física.
Su vista estaba un poco borrosa mientras yacía con el culo en el piso pero cuando se pudo recuperar y postrar sobre sus pies escuchó a alguien que le hablaba, no se podía descansar ni un segundo en una situación como esa y eso era incuestionable.
¡Eh, tío; ¿estás bien?
Si si, gracias.
Mueve tu jodida calva y salgamos de aquí, no quiero morir sin haber tocado mi primer par de tetas, ¿vale?... ¡vamos!
¿Tetas? ¿Había dicho tetas en un momento como ese? Eso fue lo último que pensó Karamaru que sin dudar ni un segundo se acercó lo más que podía al cuerpo que le hablaba. Tenía un color de piel fuera de lo común y una cara un poco intimidante pero en esa situación uno no se pone a analizar a sus amigos y menos cuando llevan el mismo símbolo de aldea que uno.
El calvo pasó cerca del límite del estadio con una irresistible tentación de mirar por la cornisa. En el fondo de todo, en el suelo, se encontraba un hombre tirado y con una bandana que Karamaru no tardó en reconocer. Amegakure.
¡EEEHH!- gritó el pelado a la misma persona que antes le había hablado- Allí abajo hay uno de los nuestros, debemos ayudarlo.
Expectante a la respuesta se quedó inmóvil mirando a la gente corriendo a su alrededor, un poco aliviado, tal vez, por no sentir tanta impotencia como la sufrían esas personas.
Llegó al estadio sin túnica negra ni su cónico sombrero y tampoco le prestó mucha atención a la gente que le rodeaba. Se dedicó a sentarse en su lugar y mirar el combate de reojo, todavía seguía mal por no haber podido rendir en el suyo pero en el fondo alentaba a Ayame desde el fondo de su ser. Ame tenía que salir victorioso de ese combate, pero algo impediría ese momento de satisfacción y emoción para su compañera de aldea.
Fue lo que le llamó la atención, algo que hizo que perdiese la cabeza y mirase con los ojos como platos el escenario principal. Un ligero "¡Me rindo!" causó una mini-cólera interna en el calvo. El había podido resistir la humillación con tal de no acabar prematuramente el combate y esa chica, que pudo lograr llegar a la final, no podía hacerlo. Los sucesos comenzaron a ocurrir con rapidez y cuando el pelado se levantó de su asiento para quejarse de la actitud un destello iluminó sus ojos. En tan solo unos segundos se vio obligado a tapar su cara con sus brazos a causa de una fuerte corriente de viento.
Cuando recién pudo pispear por encima de ellos un grito ensordecedor irrumpió en sus oídos y causó el alboroto de toda la muchedumbre. Una gran forma de vida de características monstruosas apareció en el medio del estadio y lo primero que largó fue un gran alarido...
![[Imagen: tumblr_m5runvUGeJ1r0ljoto2_r1_500.gif]](http://24.media.tumblr.com/tumblr_m5runvUGeJ1r0ljoto2_r1_500.gif)
¡¡GRROOOOOOAAAAARR!!
Un oso gigante compuesto de arena y trazos azules se hizo protagonista del evento. Los pilares de las tribunas comenzaron a venirse abajo y los cimientos temblaban cada vez con más violencia. Un terremoto sacudía a todos los espectadores y solo había una cosa segura en ese momento.
«El poder de esa cosa es.... indescriptible»
Incluso los más gennin como él debían de sentir esa imponente energía que emanaba la bestia de una sola cola. Un desconocido Shukaku, por lo menos para Karamaru, oprimía el alma de los más débiles solo con su presencia. No había tiempo que perder, tenía que salir de allí rápido pero a la vez era su deber ayudar a la evacuación de la zona. El cenobita sabía completamente que los civiles estaban más aterrados y menos protegidos.
Pero el tiempo lo apresuró a Karamaru y en su indecisión cometió el pecado de permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar, con los brazos cubriéndole la cara. Un cuerpo le impactó justo en el estomago y salieron volando contra la pared del estadio que logró detenerlos sin mayores daños. Fue un golpe duro, pero el monje se entrenaba día a día para tratar de resistir ese tipo de agresión física.
Su vista estaba un poco borrosa mientras yacía con el culo en el piso pero cuando se pudo recuperar y postrar sobre sus pies escuchó a alguien que le hablaba, no se podía descansar ni un segundo en una situación como esa y eso era incuestionable.
¡Eh, tío; ¿estás bien?
Si si, gracias.
Mueve tu jodida calva y salgamos de aquí, no quiero morir sin haber tocado mi primer par de tetas, ¿vale?... ¡vamos!
¿Tetas? ¿Había dicho tetas en un momento como ese? Eso fue lo último que pensó Karamaru que sin dudar ni un segundo se acercó lo más que podía al cuerpo que le hablaba. Tenía un color de piel fuera de lo común y una cara un poco intimidante pero en esa situación uno no se pone a analizar a sus amigos y menos cuando llevan el mismo símbolo de aldea que uno.
El calvo pasó cerca del límite del estadio con una irresistible tentación de mirar por la cornisa. En el fondo de todo, en el suelo, se encontraba un hombre tirado y con una bandana que Karamaru no tardó en reconocer. Amegakure.
¡EEEHH!- gritó el pelado a la misma persona que antes le había hablado- Allí abajo hay uno de los nuestros, debemos ayudarlo.
Expectante a la respuesta se quedó inmóvil mirando a la gente corriendo a su alrededor, un poco aliviado, tal vez, por no sentir tanta impotencia como la sufrían esas personas.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘