20/06/2016, 23:50
Por fin había llegado el día de la final, el estadio no sólo estaba lleno, sino que el número de espectadores excedía por mucho la capacidad total del recinto. Para fortuna de Tatsuya su padre había logrado reservar asientos con anticipación por lo que se salvó de tener que rebuscar un buen lugar. Después de perderse la primera ronda debido a su atraso y la semifinal por el castigo de su padre a Tatsuya le parecía muy extraño poder disfrutar de la final.
Tras el incidente por el exceso de sake esperaba una reprimenda aún mayor que él de la pelea en la casa de té, pero por azares del destino eso no ocurrió y ahora era un espectador más del evento. No había ningún representante de su aldea, de hecho se sintió frustrado al enterarse de lo ocurrido en la primera ronda, por lo que le daba bastante igual quién de las dos kunoichis resultara victoriosa.
"Al menos podré ver una pelea interesante"
Pronto hicieron acto de presencia las contendientes, la de Amegakure no aparentaba tener nada especial mientras que la de Uzushio parecía una niña pequeña, muy pequeña.
”¿Cuántos años tendrán?"
Menos que él seguramente, pero si estaban en la final era porque sus habilidades eran mucho mayores a lo que su apariencia podía denotar. Pronto la de Amegakure inició la ofensiva con un truco de shurikens que la de Uzushio esquivó con facilidad, respondiendo al ataque con su propia shuriken. La de Ame no se quedó atrás e interceptó el proyectil con algo que generó una humareda en el campo, a partir de ahí al Takanashi se le hizo difícil ver la acción en el campo, no era buen observador.
Para cuando todo se hizo más claro se quedó perplejo ante el mar de clones que había en el campo, pero más perplejo se quedó al escuchar cómo la de Uzushiogakure se rendía tan pronto. Quizás por la presión de ser observada, quizás se sintió abrumada por la técnica que tenía enfrente, lo cierto es que el combate había terminado. Su rival no parecía para nada complacida y atacó de todas formas, pero por más que quisiera seguir peleando ya no había nada que hacer.
—Tsk.
Pronto empezaron a lloverle abucheos y basura a la kunoichi, los espectadores no tenían clemencia y descargaban su frustración a punta de gritos. Tatsuya sintió pena por la chica que estaba siendo escoltada fuera de la arena, no se merecía para nada todo esto. Por la forma en que lo hizo pudo notar que no estaba emocionalmente bien, y la furia de los presentes no ayudaba en nada.
"Por eso no me agradan estos eventos, esta gente es repugnante. Si tanta es su gana de ver sangre deberían ir ellos mismos a pelearse entre sí a ver si les sigue divirtiendo"
En cuanto empezó el alboroto en el estadio su padre se esfumó en medio de una nube humo, dejando al Takanashi sólo y confundido por su repentina desaparición. A él también le habría gustado irse de ahí así de rápido, se levantó de su asiento y estaba a punto de marcharse cuando una cara conocida hizo acto de presencia en la escena. Los ojos del pelinegro parecían huevos estrellados al ver cómo Uchiha Datsue se deslizaba hacia la arena para obsequiarle una flor a la ganadora en una aparente declaración de amor.
Creía conocer al niño, aún no se olvidaba de ese kunai con sello explosivo por la espalda y por ende no se sorprendió tanto cuando supo que se había dejado sobornar, pero no pensó que fuera tan cínico para atreverse a aparecer ahora en medio del estadio a sabiendas de lo que hizo. Empezaba a creer que hizo mal en no decirle al Kawakage sobre el incidente de la misión, si le hubiera dicho quizás no le habría dejado participar en el torneo.
"Debí haberlo golpeado más cuando tuve la oportunidad"
Pero sería justamente el Kage de su villa el que se adelantaría a esa acción, el propio Yubiwa bajó a la arena para arremeter contra Datsue y darle quizás un regaño de proporciones monumentales, el asunto ya era muy serio para llegar a ese extremo.
—Sí con eso no se corrige, nada lo hará— Susurró para sí.
Todo era un desorden, pero el caos que vendría a continuación no tenía punto de comparación.
Un estallido provocó que toda la estructura del estadio se sacudiera, llegando a colapsar en algunas partes. Mucha gente corrió despavorida y terminó siendo aplastada o atravesada por pedazos de roca afilada. Debido al espanto Tatsuya se quedó estático en su sitio pensando que hacer mientras escuchaba un rugido monstruoso, más no podía distinguirlo bien por culpa del polvo y escombros volando.
—¿¡Qué está ocurriendo!?.
Antes de poder reaccionar el suelo se resquebrajó bajo sus pies, siendo aquella enorme y grotesca figura entre la polvareda lo último que vió antes de poder reaccionar para intentar evitar su inminente caída, pero fue demasiado tarde. Terminó yéndose con todo y el piso hacia la planta inferior. El Takanashi empezó a toser con fuerza pues le costaba respirar, además seguían cayendo trozos de piedra y no lograba ubicarse, se sentía adolorido por el impacto aunque no parecía haberse lesionado.
—¿Tatsuya-san?
Escuchó como una voz invocó su nombre, una voz que le resultaba extrañamente familiar.
—¡Tatsuya-san, ¿estás bien?!
La voz se acercó a él y fue entonces que pudo distinguir a su compañera de aldea, la reconoció más por sus tatuajes que por otra cosa. De no ser porque los había visto con anterioridad quizás la habría confundido con un chico, pues lucía muy diferente a cuando la conoció vestida con aquel kimono azul.
—¿Anzu-chan?— Se sentía confundido al encontrarla en ese sitio, era imposible que cayera junto a él pues en ningún momento la vió sentada cerca de donde estaba —Sí, me encuentro bien, sólo estoy un poco adolorido— Se dejó ayudar por ella para levantarse —Te lo agradezco mucho— Apenas si inclinó la cabeza para disculparse pero estando en medio de una crisis lo último de lo que se iba a preocupar era de las formalidades —Ha pasado algo muy malo...
Malo era poco, pero sus ojos demostraban que en realidad estaba aterrorizado, poco antes de caer pudo ver algunas personas morir ante él y de no ser porque el piso se rompió quizás el también estaría muerto. Pero lo peor del asunto era aquella horrible y deforme bestia que atacó el lugar. Era una pesadilla, su peor pesadilla, rodeado de muerte y caos sin saber exactamente lo que era lo que estaba pasando a su alrededor.
"¿Qué era esa cosa? ¿Porqué está destruyendo todo? ¿Dónde está mi padre?"
Tras el incidente por el exceso de sake esperaba una reprimenda aún mayor que él de la pelea en la casa de té, pero por azares del destino eso no ocurrió y ahora era un espectador más del evento. No había ningún representante de su aldea, de hecho se sintió frustrado al enterarse de lo ocurrido en la primera ronda, por lo que le daba bastante igual quién de las dos kunoichis resultara victoriosa.
"Al menos podré ver una pelea interesante"
Pronto hicieron acto de presencia las contendientes, la de Amegakure no aparentaba tener nada especial mientras que la de Uzushio parecía una niña pequeña, muy pequeña.
”¿Cuántos años tendrán?"
Menos que él seguramente, pero si estaban en la final era porque sus habilidades eran mucho mayores a lo que su apariencia podía denotar. Pronto la de Amegakure inició la ofensiva con un truco de shurikens que la de Uzushio esquivó con facilidad, respondiendo al ataque con su propia shuriken. La de Ame no se quedó atrás e interceptó el proyectil con algo que generó una humareda en el campo, a partir de ahí al Takanashi se le hizo difícil ver la acción en el campo, no era buen observador.
Para cuando todo se hizo más claro se quedó perplejo ante el mar de clones que había en el campo, pero más perplejo se quedó al escuchar cómo la de Uzushiogakure se rendía tan pronto. Quizás por la presión de ser observada, quizás se sintió abrumada por la técnica que tenía enfrente, lo cierto es que el combate había terminado. Su rival no parecía para nada complacida y atacó de todas formas, pero por más que quisiera seguir peleando ya no había nada que hacer.
—Tsk.
Pronto empezaron a lloverle abucheos y basura a la kunoichi, los espectadores no tenían clemencia y descargaban su frustración a punta de gritos. Tatsuya sintió pena por la chica que estaba siendo escoltada fuera de la arena, no se merecía para nada todo esto. Por la forma en que lo hizo pudo notar que no estaba emocionalmente bien, y la furia de los presentes no ayudaba en nada.
"Por eso no me agradan estos eventos, esta gente es repugnante. Si tanta es su gana de ver sangre deberían ir ellos mismos a pelearse entre sí a ver si les sigue divirtiendo"
En cuanto empezó el alboroto en el estadio su padre se esfumó en medio de una nube humo, dejando al Takanashi sólo y confundido por su repentina desaparición. A él también le habría gustado irse de ahí así de rápido, se levantó de su asiento y estaba a punto de marcharse cuando una cara conocida hizo acto de presencia en la escena. Los ojos del pelinegro parecían huevos estrellados al ver cómo Uchiha Datsue se deslizaba hacia la arena para obsequiarle una flor a la ganadora en una aparente declaración de amor.
Creía conocer al niño, aún no se olvidaba de ese kunai con sello explosivo por la espalda y por ende no se sorprendió tanto cuando supo que se había dejado sobornar, pero no pensó que fuera tan cínico para atreverse a aparecer ahora en medio del estadio a sabiendas de lo que hizo. Empezaba a creer que hizo mal en no decirle al Kawakage sobre el incidente de la misión, si le hubiera dicho quizás no le habría dejado participar en el torneo.
"Debí haberlo golpeado más cuando tuve la oportunidad"
Pero sería justamente el Kage de su villa el que se adelantaría a esa acción, el propio Yubiwa bajó a la arena para arremeter contra Datsue y darle quizás un regaño de proporciones monumentales, el asunto ya era muy serio para llegar a ese extremo.
—Sí con eso no se corrige, nada lo hará— Susurró para sí.
Todo era un desorden, pero el caos que vendría a continuación no tenía punto de comparación.
BOOM.
¡¡GRROOOOOOAAAAARR!!
Un estallido provocó que toda la estructura del estadio se sacudiera, llegando a colapsar en algunas partes. Mucha gente corrió despavorida y terminó siendo aplastada o atravesada por pedazos de roca afilada. Debido al espanto Tatsuya se quedó estático en su sitio pensando que hacer mientras escuchaba un rugido monstruoso, más no podía distinguirlo bien por culpa del polvo y escombros volando.
—¿¡Qué está ocurriendo!?.
Antes de poder reaccionar el suelo se resquebrajó bajo sus pies, siendo aquella enorme y grotesca figura entre la polvareda lo último que vió antes de poder reaccionar para intentar evitar su inminente caída, pero fue demasiado tarde. Terminó yéndose con todo y el piso hacia la planta inferior. El Takanashi empezó a toser con fuerza pues le costaba respirar, además seguían cayendo trozos de piedra y no lograba ubicarse, se sentía adolorido por el impacto aunque no parecía haberse lesionado.
—¿Tatsuya-san?
Escuchó como una voz invocó su nombre, una voz que le resultaba extrañamente familiar.
—¡Tatsuya-san, ¿estás bien?!
La voz se acercó a él y fue entonces que pudo distinguir a su compañera de aldea, la reconoció más por sus tatuajes que por otra cosa. De no ser porque los había visto con anterioridad quizás la habría confundido con un chico, pues lucía muy diferente a cuando la conoció vestida con aquel kimono azul.
—¿Anzu-chan?— Se sentía confundido al encontrarla en ese sitio, era imposible que cayera junto a él pues en ningún momento la vió sentada cerca de donde estaba —Sí, me encuentro bien, sólo estoy un poco adolorido— Se dejó ayudar por ella para levantarse —Te lo agradezco mucho— Apenas si inclinó la cabeza para disculparse pero estando en medio de una crisis lo último de lo que se iba a preocupar era de las formalidades —Ha pasado algo muy malo...
Malo era poco, pero sus ojos demostraban que en realidad estaba aterrorizado, poco antes de caer pudo ver algunas personas morir ante él y de no ser porque el piso se rompió quizás el también estaría muerto. Pero lo peor del asunto era aquella horrible y deforme bestia que atacó el lugar. Era una pesadilla, su peor pesadilla, rodeado de muerte y caos sin saber exactamente lo que era lo que estaba pasando a su alrededor.
"¿Qué era esa cosa? ¿Porqué está destruyendo todo? ¿Dónde está mi padre?"