22/06/2016, 22:31
La sangre seguía volando por todos lados, las personas, acompañadas de sus insesables gritos, corrían con o sin fortuna hacía la salida más cercana. Muchos shinobis y kunoichi de poca experiencia corrían, ayudaban, escapaban. lloraban y morían al mismo tiempo que la bestia gigante de arena echaba gritos y manotazos. Tomó contacto con algunos puntos de la tribuna, llevandosé gente y vidas.
Pero Karamaru no estaba dispuesto a dar su vida sin luchar antes. No eran el objetivo del animal, por lo menos por ahora, y ese tiempo podría darle la seguridad necesaria al calvo y su compañero de aldea para liberarse de ese problema sin que sea más que solo malos recuerdos. Los segundos pasaban lentos y la espera para la respuesta y reacción de ese hombre azulado se hizo eterna.
¡Eh, Hanaiko; ¿estás bien?! ¡No es momento de tomar una siesta, capullo... levántate y piremos de aquí!
El shinobi finalmente se había acercado a la misma abertura y visto al muchacho que, por lo que parecía, conocía de sobra.
«¿Hanaiko? ¿Y ese quien es?
La orden en ese momento estaba clara. El hombre que yacía en el suelo no hacía nada más que moverse unos centímetros para cada lado y probablemente necesitase de ayuda. Solo había que bajar pero alguien se le anticipo a su orden.
¡Bajemos!
A punto de seguir esas palabras, el calvo se detuvo durante un instante tras escuchar una voz.
¡Vamos, vamos, ven conmigo, sal de ahí, no te quedes mirando a ese bicho! Ayúdame a evacuar a los heridos.
Una muchacha y un ANBU se encontraba a unos poquitos metros de su posición, pero con otro objetivo. Karamaru se dio cuenta de eso y rápidamente retomó su plan de acción y bajo por el muro pegando sus pies con chakra. Sin importar si su compañero de aldea lo siguiese o no el calvo llegaría al cuerpo y se arrodillaría junto a él.
¿Estas bien? ¿Te puedes parar?
Pero Karamaru no estaba dispuesto a dar su vida sin luchar antes. No eran el objetivo del animal, por lo menos por ahora, y ese tiempo podría darle la seguridad necesaria al calvo y su compañero de aldea para liberarse de ese problema sin que sea más que solo malos recuerdos. Los segundos pasaban lentos y la espera para la respuesta y reacción de ese hombre azulado se hizo eterna.
¡Eh, Hanaiko; ¿estás bien?! ¡No es momento de tomar una siesta, capullo... levántate y piremos de aquí!
El shinobi finalmente se había acercado a la misma abertura y visto al muchacho que, por lo que parecía, conocía de sobra.
«¿Hanaiko? ¿Y ese quien es?
La orden en ese momento estaba clara. El hombre que yacía en el suelo no hacía nada más que moverse unos centímetros para cada lado y probablemente necesitase de ayuda. Solo había que bajar pero alguien se le anticipo a su orden.
¡Bajemos!
A punto de seguir esas palabras, el calvo se detuvo durante un instante tras escuchar una voz.
¡Vamos, vamos, ven conmigo, sal de ahí, no te quedes mirando a ese bicho! Ayúdame a evacuar a los heridos.
Una muchacha y un ANBU se encontraba a unos poquitos metros de su posición, pero con otro objetivo. Karamaru se dio cuenta de eso y rápidamente retomó su plan de acción y bajo por el muro pegando sus pies con chakra. Sin importar si su compañero de aldea lo siguiese o no el calvo llegaría al cuerpo y se arrodillaría junto a él.
¿Estas bien? ¿Te puedes parar?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘