23/06/2016, 17:12
—Largáos de aquí, genin, no lo repetiré una vez más. ¡¡LARGO!!
No hacía falta que se lo dijesen dos veces. Se levantó como una centella, giró sobre sus talones y bendijo el nombre de Uzumaki Shiona. Una mujer comprensiva. Atenta. Considerada. Empezaba a hacerle cambiar de opinión respecto a los habitantes de Uzu…
—¡¡Y TÚ TE QUEDAS AQUÍ, CHICO DE TAKI!!
Una ráfaga eléctrica recorrió su espina dorsal y le paralizó por completo.
—¿Y-yo? —logró balbucear, señalándose con un dedo.
—¡Oye, que ese genin es de mi aldea!—intervino el bueno de su Kawakage. Habían tenido sus pequeñas diferencias, eso no lo podía negar. Pero era más que evidente que Yubiwa era un gran hombre. Una gran persona, de hecho, y un grandísimo…— ¡¡Y TÚ TE QUEDAS AQUÍ, DATSUE!! Eso.
¡Y UN GRANDÍSIMO HIJO DE LA GRAN PUTA! ¿Qué había hecho él para merecer aquello? ¿Por qué todos los que se querían quedar, les imploraban que se marchasen, y a él, que quería irse, le ordenaban que se quedase?
—¡Cuidado!
No le dio tiempo ni a reaccionar. Justo antes de ser aplastado por el zarpazo de la bestia, salió despedido de la zona gracias a la vertiginosa velocidad de su Kage. Se le revolvió el estómago. Un segundo más tarde, y estaría muerto. Darse cuenta de aquella realidad le dejó mareado.
Levantó la cabeza, mientras permanecía a gatas sobre el suelo, y vio como el Ichibi atrapaba a un shinobi de cabellos rubios. Creyó reconocerlo: era el Uchiha del que se había jurado vengar. En aquellos instantes, le pareció ridículo el tan solo haberse enfadado con él.
Hubo más voces. Una capa de chakra burbujeante, de color rojizo, cubrió a Eri y a Ayame. Datsue no pudo escuchar ni ver nada más. Al final, entre el Bijuu, el empujón del Kawakage y los centenares de cadáveres que adornaban las gradas derruidas con las tripas fuera, las cabezas cercenadas y las extremidades amputadas, sucedió lo que tenía que suceder:
Vomitar a los pies de Yubiwa.
No hacía falta que se lo dijesen dos veces. Se levantó como una centella, giró sobre sus talones y bendijo el nombre de Uzumaki Shiona. Una mujer comprensiva. Atenta. Considerada. Empezaba a hacerle cambiar de opinión respecto a los habitantes de Uzu…
—¡¡Y TÚ TE QUEDAS AQUÍ, CHICO DE TAKI!!
Una ráfaga eléctrica recorrió su espina dorsal y le paralizó por completo.
—¿Y-yo? —logró balbucear, señalándose con un dedo.
—¡Oye, que ese genin es de mi aldea!—intervino el bueno de su Kawakage. Habían tenido sus pequeñas diferencias, eso no lo podía negar. Pero era más que evidente que Yubiwa era un gran hombre. Una gran persona, de hecho, y un grandísimo…— ¡¡Y TÚ TE QUEDAS AQUÍ, DATSUE!! Eso.
¡Y UN GRANDÍSIMO HIJO DE LA GRAN PUTA! ¿Qué había hecho él para merecer aquello? ¿Por qué todos los que se querían quedar, les imploraban que se marchasen, y a él, que quería irse, le ordenaban que se quedase?
—¡Cuidado!
No le dio tiempo ni a reaccionar. Justo antes de ser aplastado por el zarpazo de la bestia, salió despedido de la zona gracias a la vertiginosa velocidad de su Kage. Se le revolvió el estómago. Un segundo más tarde, y estaría muerto. Darse cuenta de aquella realidad le dejó mareado.
Levantó la cabeza, mientras permanecía a gatas sobre el suelo, y vio como el Ichibi atrapaba a un shinobi de cabellos rubios. Creyó reconocerlo: era el Uchiha del que se había jurado vengar. En aquellos instantes, le pareció ridículo el tan solo haberse enfadado con él.
Hubo más voces. Una capa de chakra burbujeante, de color rojizo, cubrió a Eri y a Ayame. Datsue no pudo escuchar ni ver nada más. Al final, entre el Bijuu, el empujón del Kawakage y los centenares de cadáveres que adornaban las gradas derruidas con las tripas fuera, las cabezas cercenadas y las extremidades amputadas, sucedió lo que tenía que suceder:
Vomitar a los pies de Yubiwa.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado