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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#34
Se habia plantado en el sitio más peligroso del lugar, unicamente desbancado por el lugar en el que se encontraba Yota, y le habia tendido la mano a la peliazul para salir de alli cuanto antes. Y desde ese lugar esperó la respuesta de la kunoichi, esta parecia confusa, tras unos segundos reaccionó, se giró hacia donde se encontraban los kages y pronunció las únicas palabras que habian llegado al cerebro del rubio.

¡No le hagan nada malo a Datsue-san, por favor!

¡No le hagan nada malo a Datsue-san, por favor!

¡No le hagan nada malo a Datsue-san, por favor!

Le acababa de ignorar completamente, ni una mirada, ni una palabra, nada. Habia preferido preocuparse por aquel tal Datsue que irse con él. No habia una sola forma en el inmenso universo en el que vivian de describir lo que sintió Nabi en ese preciso instante. De repente, él ya no era necesario en ese mundo. Aunque ¿acaso no se lo merecia? ¿no se encontraba ante la recogida de lo que habia sembrado desde que piso aquella villa años ha?

Sus ojos se tornaron negros, como siempre habian sido, como siempre debieron haber sido. Antes de poder decidir nada, los gritos de su propia kage captaron la atención del enorme mapache mutante lleno de chakra que estaba propagando la destrucción por el lugar. Una de sus garras se dirigió a la zona en la que se encontraban, por suerte, el kage de la cascada logró poner a salvo a todos, excepto al shinobi más ignorado de lugar. Una lagrima rodó por su mejilla, y dejó de ser él. Porque él dejó de ser necesario.

El salvaje bijuu agarró al rubio con su zarpa y lo alzó en alto. Por suerte, el bicho no tenia intención de aplastarlo, porque sino ya seria una sopa de sesos e intestinos, tenia unos breves instantes entre que lo mirara y se lo comiera o lo tirara o hiciera lo que fuera a hacer con él, en el 99% de las opciones acababa muerto. Y allí, apretujado por una extremidad de un mapache gigante y muchisimo más poderoso que cualquiera de los ninja que habia conocido, tuvo la certeza de que su vida llegaba a su fin.

Nada que se pudiera comparar a nada que hubiera vivido hasta el momento, la otra vez era un humano, un igual, a pesar de que se sintiera incapaz, era consciente de que el único impedimento era psicologico. Ese pequeño bache mental que te dice que matar humanos está mal.

Esta vez, la diferencia era abismal e innegable. ¿Qué iba a hacer contra un ser de leyendas y mitos? Solo sujetandolo ya le dificultaba la respiración, era totalmente incapaz de mover sus manos para alcanzar sus armas o hacer sellos.

Pasa algo interesante cuando aceptas el hecho inevitable de que vas a morir, cambias el objetivo de la supervivencia por el de no morir en vano. Hacer algo digno, por lo que ser recordado al morir, partir un bijuu en dos seria un hecho más que remarcable, aunque dejes tu vida en ello. Nabi no aspiraba a tanto, si lograba detenerlo unos segundos con su único jutsu que no necesitaba sellos.

El sharingan era un jutsu extraño, el chakra canalizaba la sangre a los ojos, o la sangre canalizaba el chakra y se activaba. Ya habia intentado forzarlo otras veces, pero ni su chakra ni su sangre parecian preparados para dar ese paso y cuando empezaba a dolerle paraba. Esta vez no pararia.

A duras penas consiguió levantar el dedo indice y corazón de una mano, con ese simple sello intentó mover cada apice de energia de su cuerpo hacia sus ojos. Normalmente, el sharingan solo cambia de color el iris, que se tiñe de rojo con pequeñas comas orbitando alrededor de la pupila. Sin embargo, la enorme presión ejercida por todo su chakra sobre ellos hizo que las venas oculares empezaran a crecer y a enrojecer aún más sus ojos. Si hubiera tenido las manos libres se los hubiera arrancado, pues le ardian como si detras del globo ocular hubiera acero al rojo vivo. Decenas de lineas rojas recorrian su esclerótica hasta llegar al circulo carmesí donde por un instante, las dos comas se juntaron hacia un lado dejando sitio para la aparición de una tercera, pero era demasiado tarde. Una de las venas reventó y la sangre empañó por completo uno de sus ojos. Del dolor y el esfuerzo, además del fuerte agarre del bijuu, el rubio vació su estomago en la mano del bicho.

Rendido, echó la cabeza hacia atras, a punto de perder la consciencia. Con la cara llena de sangre y la boca con sabor a huevo revenido, Uchiha Nabi se rindió. Al bijuu, a su vida, a Hozuki Namiron. Ese maldito Hozuki rubio habia ganado sin hacer nada. El único ojo que podia abrir lo tenia clavado en el cielo, no veia ninguna masacre ni tragedia. Veia las nubes, moviendose con su lentitud habitual. Y eso fue lo último que vio, unas apacibles masas gaseosas a una distancia gigantesca de él, moviendose mucho más rapido de lo que él pensaba.

A partir de aqui, Nabi está inconsciente y esto no tiene absolutamente ninguna relevancia para la trama bijuual. Lo pongo porque sí tiene que ver con mi pj, pero aparte porque se me ha ido la olla.
Sin embargo, su cerebro seguia teniendo energia de sobra que queria malgastar. Nabi se encontraba en una oscuridad intangible y eterna. Bajo la mirada a sus manos, las cuales sentia libres, para su asombro, pero no vió nada. No habia ningún tipo de fuente de luz en todo su alrededor. Empezó a girar sobre sí mismo para asegurarse, aunque era raro porque nada cambiaba en su campo de visión. Tenia los ojos abiertos y parecian estar bien, no sentia ni rastro del dolor que sentia hace unos segundos, porque... habian sido unos segundos ¿no? Se llevó la mano a la cara para asegurarse que nada le impedia la visión y no tenia absolutamente nada obstruyendole.

Qué patetico

Una voz proviniente de su espalda le hizo pegar un buen salto, su figura habia perdido toda la seriedad e inamovilidad que tuvo en su momento, ahora estaba realmente con los sentimientos a flor de piel. No tenia ni idea de qué estaba pasando, ni siquiera pensaba nada porque no sabia qué pensar. Se giró lentamente como quien escucha pasos a su espalda en su casa del lago a medianoche. Y allí estaba, un extraño rubio de ojos marrones apoyado en un extraño baston de madera que no habia visto en su vida. Lo veia gracias a que parecia brillar con luz propia, sin necesidad de una fuente de luz, él transmitia su imagen directamente a los ojos de Nabi de alguna manera.

No le digas esas cosas, le estas asustando.

La imagen de una joven pelirrosa se encendió al lado del rubio, por cada lado de su rostro caian un par de mechones de pelo rojo carmesí, le sonreia calidamente y sus ojos verdes le miraban a los suyos, negros carbón. El shinobi, confuso, volvió a mirarse las manos, se frotó los ojos, pues seguia sin verse, pero ellos le veian y él los veia a ellos.

Seras gilipollas, claro que no puedes verte, te falta tu luz.

Otro rubio apareció al otro lado del primero, tenia extraños simbolos dibujados por la mitad derecha de su rostro, y sus ojos eran de un azul electrico muy penetrante.

Estoy flipando, en colores, nunca mejor dicho. Tengo que salir de aqui, el bijuu, Eri...

Las imagenes de lo sucedido acudieron a su mente, pero lo que detuvo su hilo de pensamiento fue una calidez humeda en su pie derecho, bajo la mirada para ver a un bicho peludo de un color carmesí increible para un perro. El can acabó su faena e hizo el gesto de tirar arena con las patas traseras sobre el pie derecho en el que acababa de satisfacer sus necesidades urinarias.

Me acaba de mear un perro en mi propia alucinación, el colmo de lo patetico.

¡Skuarry! Eso no se hace.

Un ladrido fue su única respuesta antes de acercarse a la muchacha, quien lo levantaria y se lo colocaria en la capucha de su camiseta. La imagen de la única femina del lugar se desvaneció tras intensificarse durante un instante, como un flash.

Tu luz, Uchiha Nabi-san.

Tiene que haber algo más allá de tu sangre que te separe del resto de la gente. Algo único. Si no tienes nada que te separe de cualquier otro Uchiha, eres un desperdicio y no deberias existir.

Alzó el brazo en alto, en el cual se podian apreciar los mismos dibujos que le atravesaban medio rostro, estos se tornaron amarillos y varios rayos atravesaron su brazo. De nuevo, tras un flash, su imagen se desvaneció ante los incredulos ojos del Uchiha.

Eres un caracaca, caracaca, caracaca

No estaba entendiendo nada, ¿quienes eran esas personas? ¿Eran Hozuki Namiron riendose de él? Porque tanto rubio era sospechoso.

Lo mejor sera andar hasta encontrar la salida de este sitio.

Sin embargo, se habia olvidado que aún quedaba uno de aquellos extraños entes. En cuanto abrió los ojos se lo encontró enfrente suyo, estaba claro que estaba decepcionado con él. Tenia en su rostro la misma expresión que puso él con aquel shinobi borracho de Takigakure.

Ya tenia claro que no me iba a encontrar con ningún genio, porque, bueno, ya has visto a estos dos, más cortitos que el preservativo de un gnomo. Pero has superado mis expectativas, ni siquiera te has dado cuenta de que te has visto el pie.

Volvió a dirigir su mirada al pie, y lo pudo ver, igual que veia a esos chicos, como si su mismo pie y el pis de perro que lo cubria mandara la luz directa a sus ojos. Sin embargo, no veia nada más allá de su tobillo.

Entonces, ¿es la orina de perro lo que os hace brillar así?

El otro muchacho se llevo la zurda a la cara a toda prisa, haciendo resonar el sonido de su mano y su cara encontrandose por todo el lugar. Inspiró y exhaló aire profundamente, varias veces.

No, en el momento en que el perro te orinó estabas pensando algo. Ese algo es tu luz. Es lo que te hace capaz de ser diferente, es lo que te diferencia de los malos. Tu y yo y todos los shinobis, somos asesinos, Nabi. ¿Qué es lo que nos diferencia de los malos? ¿Qué hace que no uses tus habilidades para tus propios intereses? ¿Qué es lo que te hace querer ser bueno? Nadie es altruista, Nabi.

Estaba pensando en el bijuu, ¿el bijuu es mi razón para ser bueno?

Me cago en todas las piedras del mundo. ¡LA CHICA, JODER!

¿Eri? Eri me odia

¡No le hagan nada malo a Datsue-san, por favor!

¿Y eso te va a parar? Uy, te odia. Quedate aqui y lloraremos nuestras muertes juntos. Deja que un estupido shinobi de Takigakure se lleve a la chica. Total, hasta uno de esos es mejor que un Uchiha ciego. Perdón, un Uchiha ciego, cobarde y, no sé, cualquier otro improperio que se te ocurra.

¿Pero de qué coño me estas hablando? ¡Me ha matado un bijuu!

Solo estas inconsciente, te estoy diciendo que tienes que cambiar. Si mueres, pues mueres. Pero no puedes vivir como un muerto. "Hay que estar serio hasta el dia de la muerte" "Viva la rectitud". Espabila, hombre, tienes traumas, como todo el mundo, el chico que estaba a mi lado hace un instante fue torturado y ahora porta consigo la peor maldición del mundo, y miralo, más feliz que una perdiz. La chica ha vivido toda su vida mejor de lo que ha querido, y ahí estaba, tan contenta. Yo nunca fui aceptado por mi familia y perdí al único miembro de la misma que lo hizo, y no voy llorando por las esquinas. Y tú tienes algo que ninguno de nosotros tuvimos y lo estás desperdiciando.

Mira este sitio, es deprimente. Esto es tu mundo interior, cualquier otra persona lo tendria teñido de colores alegres, lleno de todas las personas que le rodean. Tú lo tienes más negro que el sobado de un grillo. Eres un Uchiha, tras tu condena a ver sangre dia sí dia tambien, tienes en tus venas la capacidad de amar a una persona más de lo que jamás nadie podra. Todo ese odio que destilas no es más que odio hacia ti mismo, porque estas dejando escapar a esa persona. Hoy lo has sentido, al ver a aquel bijuu, al ver todo el caos solo has pensado en una cosa. Y no ha sido "Joder, voy a morir, mejor me reviento los ojos a ver que pasa".

Todo lo negro que ves, son tus recuerdos. Los has ocultado por temor a tus traumas, por temor a la sangre derramada, por temor a que de verdad seas un asesino. Liberate de toda esa mierda. Aqui y ahora, jurame que lucharas toda tu vida para pasar un dia más al lado de Mizumi Eri.


Los ojos invisibles de Nabi se llenaron de lagrimas, pero ninguna parecia dispuesta a ser la primera en salir. La ignoración de Eri le habia roto el corazón, el bijuu le habia roto los huesos y aquel extraño muchacho le habia roto el espiritu. No quedaba nada de él y, sin embargo, se sentia capaz de reinventarse. Pero...

¡PERO YA ES TARDE!

Antes de contestarle, alzo el baston y le propinó tal bastonazo en la cabeza que Nabi cayó al suelo al instante.

¡QUE ME LO JURES, ME CAGO EN TU ESTAMPA!

¡Que sí, joder, que te lo juro!

Finalmente, por arte de bastonazo, las lagrimas abandonaron el nido, pero la fabrica seguia en marcha y rapidamente un montón más se sumaron a la causa que defendian. Cada una de ellas, una vez tocaba el suelo abria un boquete de luz extremadamente brillante para quien llevaba años sumido en la oscuridad. Tras aquella luz, un niño rubio y una niña peliazul jugaban sin tantas paranoias ni tantos bijuus. Y así, un shinobi imbecil y reconcomido por sus demonios despareció para siempre, para dar a luz, algo más. O para morirse, a ver el master qué tal.
Nabi
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