25/06/2016, 02:11
El acomodador seguía inconsciente pese a que Noemi ya prácticamente le había sacado de peligro, todo gracias a una delicada fémina que decidió sería buena idea aparecerse frente a las dos de Taki con un hermoso puñetazo en la cara de un civil. En otras palabras, Yui solo les terminó dando más trabajo cuando el tipo seguramente se podría haber escapado por sus propios medios. ~Hay que ver el genio de algunos kages… ~Se cuestionaba la rubia sin dejar de marchar con el hombre inconsciente a cuestas.
Lo peor del caso es que la gente en si no le estaba ayudando en nada, no dejaban de golpearla y empujarla y en varias ocasiones la hicieron perder el equilibrio y otras tantas terminó por caerse, sin mencionar las veces que el hombre se le caía y la gente sencillamente le pasaba por encima suponiendo que se trataba de un cadáver así que no sorprendería que para cuando la kunoichi saliera de escena lo hiciera con un empleado muerto.
Las oleadas de civiles que intentaban salvarse habían cesado toda actividad, por lo visto se habían logrado marchar todos o por lo menos los que tomaron aquella vía junto a ella, lo malo era que luego de sacar a ese hombre tendría por fuerzas mayores que regresar a verificar que todos los demás civiles hayan logrado ponerse a salvo o en el peor de los casos llevarse a Ritsuko o algún otro compañero de villa con alguna que otra herida.
Luego de buen rato marchando completamente sola y magullada llegó a una zona del edificio donde seguramente el acomodador no correría ningún peligro a no ser que al tanuki gigante se le ocurra destruir absolutamente todo pero en dicho caso Noemi probablemente moriría en el proceso.
—Ahora a buscar al resto… —Se dijo a si misma mientras se encaminaba una vez más al lugar donde hizo aparición el bijuu, con un poco de suerte el bichejo ese habría desaparecido o algo y la rubia de Taki no tendría que volver a verle.
~Ya no está, ya no está. ~Repetía una y otra vez en su mente mientras corría por los pasillos de vuelta a la arena.
Lo peor del caso es que la gente en si no le estaba ayudando en nada, no dejaban de golpearla y empujarla y en varias ocasiones la hicieron perder el equilibrio y otras tantas terminó por caerse, sin mencionar las veces que el hombre se le caía y la gente sencillamente le pasaba por encima suponiendo que se trataba de un cadáver así que no sorprendería que para cuando la kunoichi saliera de escena lo hiciera con un empleado muerto.
Las oleadas de civiles que intentaban salvarse habían cesado toda actividad, por lo visto se habían logrado marchar todos o por lo menos los que tomaron aquella vía junto a ella, lo malo era que luego de sacar a ese hombre tendría por fuerzas mayores que regresar a verificar que todos los demás civiles hayan logrado ponerse a salvo o en el peor de los casos llevarse a Ritsuko o algún otro compañero de villa con alguna que otra herida.
Luego de buen rato marchando completamente sola y magullada llegó a una zona del edificio donde seguramente el acomodador no correría ningún peligro a no ser que al tanuki gigante se le ocurra destruir absolutamente todo pero en dicho caso Noemi probablemente moriría en el proceso.
—Ahora a buscar al resto… —Se dijo a si misma mientras se encaminaba una vez más al lugar donde hizo aparición el bijuu, con un poco de suerte el bichejo ese habría desaparecido o algo y la rubia de Taki no tendría que volver a verle.
~Ya no está, ya no está. ~Repetía una y otra vez en su mente mientras corría por los pasillos de vuelta a la arena.