28/06/2016, 23:32
La peliblanca se había visto superada por la situación, más que supera se podría decir que aplastada. Rodeada por gritos, llantos, sangre, cadáveres desmembrados... y la visión de aquellos pequeños, a los pies de su madre.
"¿Por qué? ¿Por qué?" era lo único que la joven Hyuga se repetía una y otra vez en su mente, como un bucle incapaz de romper "¡¿POR QUÈ?!"
Un fuerte empujón la hizo caer de bruces contra el suelo, torpemente logró retener gran parte del impacto con sus manos pero no se reincorporó. Se quedó allí, quieta totalmente, llorando amargamente.
El impacto del cuadro que la rodeaba había trastocado su mundo, todo lo que creía se había venido abajo junto con aquel estadio. Ella había dedicado toda su vida a servir a un dios bueno y benevolente, un ser lo suficientemente poderoso como para labrar los destinos de los humanos con la misma facilidad con la que cambiaba los vientos... ¿Cómo podía permitir una cosa así? Ese estadio estaba repleto de personas inocentes, familias sin culpa alguna que tan sólo habían acudido a pasar un buen día... ¿Por qué los dioses permitían aquello?
—Hay un plan tras todo lo que pasa en el mundo...—
Por un instante le pareció escuchar la voz de su maestra, dándole la misma respuesta que le había dado cuando tan sólo era una niña y le hizo la misma pregunta que ahora se hacía así misma
"¿Un plan?..." la joven se hizo un ovillo abrazando sus rodillas "Un plan... un plan... un plan" se repetía ahora "Todo pasa por algo... todo pasa por algo... un plan" cerraba los ojos intentando no ver los cuerpos de los niños que yacían a menos de un metro, pero en la oscuridad volvían aquellas imágenes con la misma claridad que la realidad que se presentaba frente a sus narices —¿Qué clase de plan merece todo esto— gimoteo la de Kusabi
"¿Por qué? ¿Por qué?" era lo único que la joven Hyuga se repetía una y otra vez en su mente, como un bucle incapaz de romper "¡¿POR QUÈ?!"
Un fuerte empujón la hizo caer de bruces contra el suelo, torpemente logró retener gran parte del impacto con sus manos pero no se reincorporó. Se quedó allí, quieta totalmente, llorando amargamente.
El impacto del cuadro que la rodeaba había trastocado su mundo, todo lo que creía se había venido abajo junto con aquel estadio. Ella había dedicado toda su vida a servir a un dios bueno y benevolente, un ser lo suficientemente poderoso como para labrar los destinos de los humanos con la misma facilidad con la que cambiaba los vientos... ¿Cómo podía permitir una cosa así? Ese estadio estaba repleto de personas inocentes, familias sin culpa alguna que tan sólo habían acudido a pasar un buen día... ¿Por qué los dioses permitían aquello?
—Hay un plan tras todo lo que pasa en el mundo...—
Por un instante le pareció escuchar la voz de su maestra, dándole la misma respuesta que le había dado cuando tan sólo era una niña y le hizo la misma pregunta que ahora se hacía así misma
"¿Un plan?..." la joven se hizo un ovillo abrazando sus rodillas "Un plan... un plan... un plan" se repetía ahora "Todo pasa por algo... todo pasa por algo... un plan" cerraba los ojos intentando no ver los cuerpos de los niños que yacían a menos de un metro, pero en la oscuridad volvían aquellas imágenes con la misma claridad que la realidad que se presentaba frente a sus narices —¿Qué clase de plan merece todo esto— gimoteo la de Kusabi